El Espía de Mahler

57. Cosecha del 51'

Jordi Cos
lunes, 3 de marzo de 2003
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6,53E-05 Las vitaminas de un banquete no brotan en el cerebro si no se riegan con un buen vino. Fieles a este axioma, los sinfónicos del Vallés regamos el menú programado para celebrar el 125 aniversario de la ciudad de Sabadell con los caldos de una de las mejores cosechas registradas el siglo pasado en Cataluña: la de 1951. Así, dos Claretes gemelos, Gerard y Lluís, con el talentoso apoyo de un Josep M. Colom, Santa Tecla más veterano, aligeraron la pesadez de un manjar beethoveniano condimentado con tres especies instrumentales diferentes, a fin de acomodarlo en el alma de los comensales.Para los entrantes, (platos locales: Cabané, Borgunyó), y el plato de sangre (otro Beethoven, pero sinfónico y sin adobo), destapamos la experiencia de un Edmon Colomer Gran Reserva 1951, de consumo habitual en nuestra mesa desde que descubrimos que daba consistencia a la eterna ligereza de un Mozart. Tal vez la primera cata pueda resultar áspera a paladares sensibles; pero una vez lo has saboreado a conciencia, te das cuenta que tiene aquel punto de picaresca, más propia de un espumoso francés que de un vino de la tierra, que ensalza los sentidos hasta el extremo de empujarte a perseguir proezas.El domingo siguiente al concierto, deseosos de averiguar la receta de un Borgunyó con salsa americana y un clásico Montsalvatge a la parrilla, algunos melómanos madrugadores asistieron a una degustación popular en la sede de la orquesta. Todos bebieron más allá de los confines de la sed pues uno de los atributos de la cosecha del 51' es que nunca se te sube a la cabeza. Aunque abuses. Salud.
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