España - Cataluña

Dos grandes solistas

Eloi Fuguet
jueves, 11 de noviembre de 2004
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Barcelona, domingo, 7 de noviembre de 2004. L’Auditori. Jiri Barta (violoncelo), Ramon Coll (piano), Filarmónica Boruslav Martinu de Zlin – Jakub Hrusa (director). Repertorio: B. Smetana: 'El Moldava', A. Dvorák: 'Concierto para violoncelo y orquestra en si menor' op. 104, S. Rachmaninov: 'Concierto para piano y orquestra nº 1 en fa sostenido' op. 1. Concerts a Barcelona. Ocupación: 40%
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Un programa de inspiración nacionalista inició en ciclo Concerts a Barcelona en el Auditori de la ciudad condal. Con la ayuda de la Filarmónica Boruslav Martinu de Zlin bajo la batuta del joven Jakub Hrusa, el programa quedó a expensas del virtuosismo de dos grandes solistas: Jiri Barta i Ramon Coll.

El deseo de retorno a una Chequia de pasado idealizado identificó la interpretación de poema sinfónico El Moldava de Smetana, compositor icono del resurgimiento nacionalista checo. La orquestra se mostró un tanto imprecisa, tanto en las conexiones entre voces como en los virtuosos pasajes del inicio y de los rápidos de San Juan, con un viento madera inicialmente frío. Además no consiguió en equilibrio necesario entre cuerda y vientos. Es remarcable el hecho de que Hrusa dirigiera la pieza sin partitura en el atril.

Pero el calor llegó con Dvorák. La presencia imponente del violonchelista Jiri Barta no sólo quedaba reflejada con su físico alto y esbelto, sino también con una interpretación llena de fuerza y poética. Aunque uno poco monótona en articulación, la versión de Barta conectó muy bien no sólo con el público, que le atorgó largos aplausos, sino también con una orquestra cómplice de su éxito. Su relación con el grupo fue de una extraordinaria complicidad con un segundo movimiento lleno de lirismo y de comunicación entre unas voces perfectamente enlazadas que recuperaron el equilibrio óptimo.

Ramon Coll, uno de los pianistas catalanes más importantes de nuestra historia reciente, volvió a “L’Auditori” para poder celebrar el 50º aniversario de su primer concierto como solista en la ciudad condal. Coll es un “gato viejo”, un intérprete maduro que ha hecho del piano un hábitat ideal, donde se mueve “como pez en el agua”. En el Concierto para piano y orquestra nº1 de Rachmaninov se siente como en casa, pasando perfectamente del virtuosismo desatado a la interpretación sutil de contratemas al servicio de la orquestra. Y esto lo hace con extrema naturalidad, pareciéndonos fácil lo difícil y rebuscando en las entrañas de las frases más simples su excelsa esencia. Para el agrado del público, en pianista balear interpretó como bis una Serenata de Schubert con arreglo de Liszt. ¡Que su musicalidad nos acompañe durante muchos años más! porque sigue siendo un placer convivir con su naturalidad.

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