Entrevistas

La clave está en “las relaciones”: entrevista con Ilona Schmiel

Miguel Morate Benito
viernes, 6 de octubre de 2006
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El Beethovenfest Bonn surgió de manera esporádica con los primeros homenajes que se hicieron al compositor en su ciudad natal desde mediados del siglo XIX. Desde entonces el festival se ha venido realizando intermitentemente en medio de problemas como los que tuvieron a finales del siglo pasado, con la limitación presupuestaria que convirtió al evento en una Maratón dedicada a Beethoven, o con la utilización que hizo el régimen nazi del festival a modo de propaganda. Sin ir más lejos, el presente año, la convivencia del festival con la copa del mundo de fútbol en Alemania mermó considerablemente sus posibilidades económicas ocasionando un cambio en la política del festival que les llevó a recaudar fondos de fundaciones privadas.

Desde el 2004 Ilona Schmiel ha tomado las riendas del festival como directora artística, dando especial importancia a la programación y a su construcción por medio de una temática aglutinadora dedicada a una región geográfica cada año. En esta ocasión le ha tocado el turno a Rusia. Un planteamiento muy interesante que podríamos comparar con el de un comisario de una exposición que no se limita a traer un número de obras sino que tiene que poner una base conceptual muy bien tramada sobre las piezas, de modo que aporten algo al auditor o visitante de la exposición. En este caso, Schmiel nos pretendió mostrar conexiones insólitas entre Beethoven y el país que nunca pisó, pero que tanto peso tuvo sobre él. Mediante su gestión ha logrado conseguir una media de asistencia a los conciertos de un 80%-85%.

Pregunta: Después de los avatares positivos y negativos acaecidos al festival tras una larga historia de aproximadamente 150 años; con dos guerras mundiales de por medio (y una guerra prusiana) y con los problemas que tuvieron en 1998 de presupuestos, ¿cuál cree que es el estado actual del festival?

Respuesta: Bueno, creo que estamos en un buen momento. Como sabrá, la actual programación está construida en base a una temática principal que da sentido a todo el festival. Yo me incorporé al festival en 2003 pero hasta el año siguiente no entraron en vigor mis planteamientos. Hemos dedicado desde entonces el festival a un país diferente cada año. Primero fue Bohemia, luego Francia y ahora Rusia. Entendemos que cada concierto debe contar una historia nueva estableciendo relaciones con otros compositores o acontecimientos, y mostrando nuevos puntos de vista. Pues bien Rossija, que es el nombre del actual festival, está dedicado a Rusia y actúa en diferentes focos, todos hilvanados bajo la misma temática. En primer lugar, tenemos una presencia importante de obras de Beethoven puestas en relación con sus mecenas, como son el conde Razumovski y el príncipe Galitsin. Además, estos dos, junto con el zar Alexander I, comisionaron a Beethoven varios cuartetos de cuerda y una obertura.

Al mismo tiempo, este año el festival continúa con ciclos de Beethoven centrándose en los conciertos, así como en los cuartetos de cuerda que podemos llamar “rusos”. En cuanto a los conciertos, el festival ha programado el Concierto para violín, el Triple concierto y los cinco Conciertos para piano. Al mismo tiempo también podremos escuchar todas las Sonatas para chelo y piano así como los tres ciclos de variaciones con piano.

Por otro lado, la Missa Solemnis, que, como bien sabrá, fue estrenada de manera integral en San Petersburgo y por ese motivo, la dedicamos una atención especial este año, así como por la adquisición de la copia de imprenta que usted podrá contemplar en la casa museo de Beethoven. El concierto en que se interpreta dicha obra ha servido para recaudar los fondos necesarios que se precisaban para terminar de adquirir el manuscrito.

Igualmente, nuestra presencia rusa viene dada por un gran número de intérpretes que actuarán en el festival: Arcadi Volodos, Lilya Zilberstein, Elena Bashkirova, Lisa Batiashvili, Paata Buchladze, Efim Jourist, Mikhail Pletnev con la Orquesta Nacional Rusa, el Moscow Art Trio, el Cuarteto Brodsky, el Rastrelli Cello Quartet, entre muchos otros. Gran parte de ellos interpretarán obras de compositores rusos como Shostacovich -de quien celebramos el centenario de su nacimiento, así como los de Mozart y Schumann-, Mussorgsky, Chaicovsqui, Procofiev, Rachmaninov, Rimsky-Korsakov, Schnittke, Scriabin, Taneyev, Stravinsky, Gubaidulina, Auerbach, Smirnov y Firsowa.

Pero junto a estos compositores, el festival quiere dar una especial importancia a la música contemporánea. Consideramos que la música de Beethoven era una música vanguardista en el momento en que fue compuesta y por ello queremos seguir con esa estela. De modo que este año hemos encargado cinco obras para el festival a Johannes Harneit, Michael Gordon, Robert HP Platz y a Vladimir Tarnopolski, a quien el festival ha comisionado dos obras. Además, dos de las piezas de encargo se construirán en base a una metamorfosis de obras de Beethoven.

P: ¿A modo de deconstrucciones?

R: Sí, exactamente. Por ejemplo, Harneit utiliza una serie de bocetos del compositor y Gordon usa materiales de la Séptima Sinfonía. En la obra de Gordon pudimos escuchar, bajo una estética mínimal, una pieza que retoma pequeños motivos de Beethoven y que van siendo transformados rítmicamente a lo largo de sus repeticiones.

Junto a toda esta participación de la temática rusa, el Beethovenfest Bonn ha traído por primera vez a un conjunto del continente africano, la Joven Orquesta Nacional de Sudáfrica (SANYO). Sus miembros son elegidos entre un gran número de jóvenes de todo el país, especialmente pertenecientes a familias con problemas económicos. Tienen la oportunidad de permanecer durante cinco días en el festival y actuarán en dos conciertos bajo la dirección de Hans Huyssen.

P: Me ha respondido a muchas de las preguntas que tenía pensado formular, pero, volviendo atrás, me gustaría resaltar el hecho de lo interesante que es, a mi parecer, la trabazón motívica que recorre todo el festival. Sin embargo, esa trabazón no la he podido sentir debido al breve tiempo que me he encontrado aquí. He tenido conciencia de ella al ver el programa y las intenciones del festival y todo su contenido de manera global

R: Bueno, en su caso, dígame. ¿A qué conciertos ha asistido?.

P: El viernes estuvimos en el recital de Arcadi Volodos, el sábado en el concierto en que se interpretó la Missa Solemnis a cargo de la Orchester der KlanVerwaltung y por último el domingo escuchamos a la Orquesta de Bonn

R: Bien, ya veo. Bueno, pues creo que con el programa que ha escogido sí que ha podido adquirir una visión global del festival. Veamos. En primer lugar, en el recital para piano disfrutó de un concierto a cargo de un músico ruso interpretando entre otras, una obra de Beethoven. Por otro lado, pudo asistir usted al concierto benéfico que se celebró con motivo de la adquisición del manuscrito de Beethoven escuchando una gran obra para coro y orquesta del mismo compositor. En el último de los conciertos a los que usted asistió pudo escuchar la ópera de Rimski-Korsakov, Mozart y Salieri. Con esta obra pretendíamos mostrar a un Mozart diferente, no al de siempre. Nosotros no podemos competir con Viena en este sentido y mediante este programa podíamos celebrar el aniversario de Mozart escuchando la obra de un ruso. En cuanto a la construcción del programa de ese día, la inclusión al final del 'Lacrimosa' fue decisión del director. Por otro lado, en la primera parte pudo encontrarse con una cara del festival más vanguardista de la mano del, también homenajeado, Shostacovich. Por tanto tenemos dos aniversarios, obras más clásicas, menos clásicas, orquestales, instrumentales y por supuesto, obras de Beethoven.

P: Algo sorprendente y que nos ha encantado ha sido el hecho de poder encontrar en el Kunstmuseum una exposición de 'Constructivismo ruso' en donde de manera visual la temática del festival estuviese presente. ¿Es casual o es deseado?

R: No, por supuesto no es casual. Nos costó mucho conseguir esta exposición en este momento, pero era una decisión nuestra el poder tenerla al tiempo que el festival.

P: En medio de un mar de Festivales en Europa, en Alemania -por supuesto- y ahora cada vez más en España y en otros países, ¿cuál cree usted que es la clave para hacer un festival interesante y llamativo que pueda destacar y tener una propia personalidad?

R: Bueno, la clave está en “las relaciones”. Relaciones que nos pueden ofrecer interconexiones entre diferentes obras y múltiples asociaciones. Diferentes interpretaciones con sonidos diferentes. Mundos diferentes a partir de lo mismo.

P: Un hecho me ha llamado terriblemente la atención, el no encontrar apenas jóvenes en los conciertos a lo que hemos podido asistir. ¿Ha dejado de interesarse la juventud por la música clásica en Alemania?

R: La cuestión es que al concierto de la Orquesta de Bonn, la cual estamos obligados a programar dos veces a lo largo del festival, los jóvenes no van porque lo consideran algo muy rancio destinado a la gente mayor. Sin embargo, hemos tenido dos conciertos de jazz al que asistieron muchísimos jóvenes, al igual que lo hicieron para los conciertos didácticos a cargo de Stefan Mikish

P: ¿Cuál cree que es el estado de la música actualmente en Alemania en cuanto a audiencia, compositores…?

R: Bueno, actualmente hay una enorme pluralidad con diferentes tipos de música. En nuestro festival, por ejemplo, puede observar cómo conviven la tradición con la vanguardia. Como dijimos, Beethoven era un vanguardista y de igual manera, siguiendo con esa tradición, consideramos que la imagen del festival ha de ser la de traer cada vez más música contemporánea.

P: ¿Podría adelantarnos algo acerca de la temática u orquestas, intérpretes de la próxima edición del festival?

R: Bueno, nos gusta mantener esa información en secreto. De momento no podemos adelantarle nada. Pronto lo sabrán.

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