Libros y Partituras
¡Y yo con estos pelos!, pensó Beethoven
Carlos M. Fernández Fernández

Lo cierto es que cuando uno ve un nuevo libro en un estante de una librería se emociona en torno a lo que nos puede ofrecer de novedoso. Dado mi interés en ciertos temas relacionados con el relato patobiográfico la aparición de este libro fue una verdadera novedad y significó un momento de atracción en el momento que apareció en las estanterías de mi librería habitual.
La estructura de El cabello de Beethoven se organiza en torno a cuatro relatos que corren por sus páginas de modo paralelo, pero que en definitiva no ofrecen ninguna novedad.* En primer lugar destaca el relato, de un cierto matiz hagiográfico, de la American Beethoven Society (San Jose State University, California) y de los dos personajes centrales en la historia, benefactores, de esta: , promotor inmobiliario jubilado de Phoenix, y un médico estadounidense de origen mexicano que responde durante todo el relato al sorprendente nombre de Che Guevara.
El relato en torno a la American Beethoven Society se mueve en todo lo que podemos apreciar cuando observamos a E.E.U.U. un país donde existen sociedades de todo lo imaginable. Pero nada deja apreciar cuan serios son los de esta Society concreta en torno a la investigación y pormenores de la vida y la labor compositora de Beethoven. El relato nos cuenta que su mayor logro fue conseguir varias ediciones originales, y conseguir el mechón de cabello en una subasta, celebrada en
, aunque su principal objetivo fuera conseguir un ejemplar en perfecto estado de conservación de los tres tríos para piano, violín y violoncelo.Se conforma a lo largo de las páginas dedica a esta sociedad una historia donde se combinan ciertos componentes sensacionalistas (excéntricas fiestas, personajes, y hábitos) y con rasgos típicos de la excentricidad de los americanos tan popularizada por diferentes series televisivas: Guevara (médico urólogo), propietario de parte del mechón, decidiría que análisis se iba a realizar y quien se iba a encargar de llevarlos acabo. En ningún momento parece plantearse desde la sociedad, o los dueños del mechón, una investigación independiente y no dirigida por la American Beethoven Society o por alguna otra persona.
Una segunda parte del libro, la de menor extensión, se mueve en torno al relato biográfico de Beethoven y otros músicos de su época. Este es de características fáciles e insustanciales, al carecer de una bibliografía de apoyo que la documente. En la página 24 afirma que Mozart escuchó a Beethoven interpretando al piano una sola vez, para en la página siguiente, sin ningún argumento en que apoyarse, afirmar que "tampoco cabe descartar la posibilidad de que estudiara con él durante algún tiempo".
Sin argumentar sus afirmaciones se acusa a Listz y Wagner de racistas en el sentido actual del término (pp. 68-69). Da por válidas narraciones míticas y las mezcla con juicios estilísticos, por ejemplo al afirmar que fue la Tercera sinfonía de Beethoven la que marcó la frontera definitiva de su estilo con Haydn y Mozart y lo vincula a la conocida historieta sobre la indignación de Beethoven con Napoleón y el supuesto cambio de título (p.140). Creemos que verdaderamente existen en castellano otros textos mejores y documentados sobre Beethoven y su sociedad, como Beethoven. Leyenda y realidad de Buchet o Beethoven de
.La parte más conseguida del texto es la que se refiere a la trayectoria histórica del 'mechón de pelo' que durante años estuvo en manos de la familia del decano de música de la ciudad de Colonia: Ferdinand
. A través de estás páginas asistimos a un excelente relato marcado con ciertos matices de intriga: Los Hiller eran judíos y durante la persecución nazi se llega a falsificar una esquela de defunción por algún miembro de la familia, para evitar represalias por parte de los nazis. Nada aparece de los descendientes en los archivos del Holocausto.Solamente conocemos que un descendiente Erwin Hiller llega a E.E.U.U. y decide cambiarse su nombre, adquiriendo el de Marcel Hillaire, para poder encontrar mejores oportunidades de trabajo y poco a poco se labraría un papel en Hollywood. Aunque las mejores páginas de este relato son las dedicadas al papel que jugó la sociedad danesa ayudando a los judíos para librarse de los planes de exterminio de Hittler y sus bárbaros.
Dentro de este relato asistimos paralelamente a la aparición y desaparición del enigmático mechón, aunque en ningún momento se especifique, y comprendo las dificultades, en manos de quién está la reliquia o como se conservó y se base toda la argumentación en conversaciones de campo, pero lo cierto es que el mechón se conservó.
Por último llegamos al tema verdaderamente médico ya que el objetivo de la investigación era encontrar datos sobre la maltrecha salud de Beethoven que pudieran permanecer ocultos en aquellos cabellos. La aparición de plomo es un hecho indiscutible, pero de ahí a extrapolar (p. 286) que fue víctima de una intoxicación crónica de plomo existen muchas discrepancias tal como hemos expuesto en otro lugar. Sobre todo en una autopsia realizada por una de las primeras figuras de la medicina mundial de la época no se podían escarpar los signos externos de esta intoxicación.
Las fuentes por las que podía llegar este compuesto al cabello pueden ser múltiples, como bien recoge la autora, y entre ellas la manipulación y repintado de la caja que los conservaba (p. 94). Pero lo que es más importante desde 1985 en un estudio publicado en JAMA se recomendó dada la escasa fiabilidad del método que no se utilizase para evaluar el estado nutritivo de los pacientes o la sospecha de una exposición a sustancias tóxicas. Ausencia de datos clínicos y anatomopatológicos, escasa fiabilidad de la metodología aplicada, creo que son argumentos válidos para descalificar esta hipótesis.
Otras incongruencias resaltan desde el punto de vista médico, por no llamarle barbaridades. En la página 267 se cita que a Beethoven le habían abierto el abdomen varias veces para extraerle liquido -sabemos que Beethoven fue sometido a varias paracentesis- una técnica médica incruenta que no requiere anestesia. Se realiza insertando una aguja fina en el interior de la cavidad abdominal para extraer líquido. De ahí el autor extrapola que debió sufrir fuertes dolores ya que sus médicos no le administraron morfina o que Beethoven se había negado a recibirla ya que sabía que (p. 266) "la morfina limita la libertad y la voluntad del ser humano".
El esquema representa una grave alteración del hecho histórico ya que nunca se deben analizar actuaciones de ese tipo en virtud de los conocimientos actuales, y no queremos dudar que se le hubiesen administrado compuestos de láudano si sufriera terribles dolores, si no nos encontraríamos ante un caso de negligencia profesional.
Lo único cierto parece que a partir de este momento ya no se podrá hablar de que sufriera sífilis. El mercurio queda depositado en vida en el pelo, y fue el tratamiento principal para este tipo de afecciones. En los cabellos de Beethoven no aparece el más mínimo rastro de este compuesto con lo cual es lógico extrapolar que no sufrió de este mal.
De verdadero alucine es la hipótesis del "patrón del genio" (p. 285): cabellos con altas concentraciones de cobre, Zinc, Sodio y Potasio. Que curiosamente no aparecen en este caso. ¿Tendrán algo que ver este patrón con la realidad? Porqué desde luego hoy nadie duda de la genialidad de Beethoven y en sus cabellos parece no encontrarse este esquema.
En resumidas cuentas, El cabello de Beethoven es otro libro más que aprovecha el tirón de la música clásica en nuestro medio, para obtener unos pingües beneficios para algunos pero que no aporta casi nada substancial sobre la figura de este genio. Mientras tanto obras como las John O'Shea* o Anton siguen esperando que alguien emprenda una digna traducción al castellano para enterarnos de detalles cruciales en la vida de estos compositores.
Notas
1. Russell Martin: «El cabello de Beethoven». Barcelona, Bogotá, Buenos Aires, Caracas, Madrid, México D. F., Montevideo, Quito, Santiago de Chile: Ediciones B. S. A., 2000. [Traducción al español por Josefina Ruiz de 'Beethoven's Hair'. New York: Random House Inc., 2000]. 331 pp I.S.B.N. 84-666-0013-2
2. John O'Shea, «Music and Medicine: Medical Profiles of Great Composers», London: Orion Publishing Co, 1990, 256 pages. ISBN 978-0460047845
3. Anton Neumayr, «Music & Medicine. Haydn, Mozart, Beethoven, Schubert. Notes on Their Lives, Works, and Medical Histories», Medi-Ed Press: Bloomington, Illinois, 1994, 447 pages. ISBN 1-800-500-8205. Translated by Bruce Cooper Clarke from «Musik und Medizin, Ann Beispiel der Wiener Klassik», Edition Wien: 1988. ISBN 978-3850580076
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