El contenido de las terribles canciones de Músorgski no deja mucho lugar a alternativas más allá de lo que ellas mismas describen, ni tampoco fomenta dudas sobre la intención que las hizo aparecer en el programa
La parte musical fue excelente en el apartado vocal y muy buena en el de la dirección.Grandísimas Federica Lombardi y Marina Monzó.James Gaffigan construyó el drama con firmeza y serenidad, equilibrando sobre lo profundo.
Fuimos por Mahler.Y por la Sinfónica de la Radio de Baviera.Y por Kubelik, que la dirigió en una memorable integral mahleriana en disco.Y nos encontramos una orquesta bastante joven, versátil, unificada, de excelentes músicos al servicio de la música.
La visualidad gana por goleada al argumento.Contenidamente sentimental o en un desbordamiento de chifladura, Sagi se acerca con indudable 'joie de vivre' a un teatro de excesos
El presente concierto formaba parte de la segunda edición del Festival Iturbi y su gran atractivo era el programa, con obras infrecuentes de Mozart, Prokofiev, y los Bach, padre e hijo, junto a la más escuchada 'Totentanz'
Magraner pretendía presentarnos estas danzas populares como si estuviéramos en un salón de la antigua aristocracia valenciana, pero en realidad hizo todo para que las escuchásemos como si saliesen de una película de Disney
Versión suficiente como para mantener el interés, disfrutar mucho en algunos momentos y reconocer el trabajo, pero falta de ardor, arrobamiento, rapto o como quiera decirse
El broche de la temporada (que, para qué mentir, se nos hace corta) en Les Arts fue un lujo.El público se quedó clavado en sus butacas hasta el final.Que el espectáculo atrapaba era obvio.Y respecto al rendimiento de los solistas, sensacionales, sin apenas fisuras.
El empeño del señor Andrews es sugerente y atrevido.No interfiere con la partitura, actualiza sin dejar de profundizar, aguanta el paso del tiempo y azuza el gusanillo que se alimenta del lamento del cerebro en conserva, lo que resulta bastante divertido de momento, aunque supongo que no a la larga.
Trouble in Tahiti es una perla.Una obra corta, pero no menor.Huffman consigue dotar de mucho dinamismo a la acción sin que en ningún momento el movimiento resulte atropellado.