La única obligación de un regista es ofrecer al público un espectáculo dramático-musical coherente y convincente, lo que se llama 'magia teatral'.Y en esta producción de Rafael Villalobos están ausentes la coherencia y la magia.
González-Monjas es un director muy diferente de su predecesor, pero justamente ahí está la gracia: Slobodeniouk se ha ganado los galones de maestro internacional con la Sinfónica de Galicia, y estoy bien seguro de que el público y la orquesta comparten mi deseo de que el pucelano también los consiga.
Paul Daniel conoce el oficio y se ha atenido a las posibilidades de los medios a su disposición, sabe ejercitar su poder de seducción y la Real Filharmonía se ha entendido bien con su maestro.
Un programa tópico el de Alagna, donde todo sonó bien -aunque soso y sumamente previsible- y sin duda disfrutamos.Pero, ¿debería ser esto lo buscado en la gala final de la 70 temporada, que reunía aficionados no sólo coruñeses, sino también llegados de fuera?
Auditorio de Galicia.Denis Kozhukhin, piano.Real Filharmonía de Galicia.Paul Daniel, director.Sergei Rachmaninov: Concierto para piano nº 3 en Re menor, op.30;Sofia Gubaidulina: Fairytale Poem;Dmitri Shostakovich: Sinfonía nº 9 en Mi bemol mayor, op.
Litton se aplicó para envolver a su solista con un sonido rico pero no aplastante y supo esperar a que Khachatryan terminase sus frases.Esta no fue una de esas interpretaciones en las que el solista aterriza la mañana de la función y ensaya diez minutos con la orquesta.
Bajo la batuta: creo que ahí radicó el problema con la Primera Sinfonía de Beethoven.La costumbre de Carneiro es la de estar encima de todo continuamente, moviéndose mucho, no sólo para dar entradas sino para dirigir de principio a fin todas las frases de cualquier solista o sección de la orquesta;
Claridad y precisión en el ataque, control de la proyección sonora, digitación equilibrada, sonido transparente, y fluidez en el fraseo, algunas de las virtudes más destacadas de Javier Perianes, son precisamente las variables de ejecución que requiere en alto grado el Concierto Egipcio de Saint-Saëns