Prefiero a Dudamel en el repertorio sinfónico y por supuesto le queda bastante por llegar a la perfección de Petrenko.Tal vez si, como se dice, va a París y a la Opéra pueda profundizar en el repertorio lírico en el que no tiene tanta experiencia.
Schuen posee una belleza vocal extraordinaria, con medias voces para nada forzadas o ‘falseteadas’ en la mejor tradición germánica, muy interior, pero por momentos anémica, con lentitudes eternas que no se aplican al ciclo.
¿El amor puede/debe tener límites?¿El poder y la razón de estado deben prevalecer en todos los casos, en especial para la clase dirigente?Y ese poder, ¿qué límites tiene o a qué aboca?La lección puede ser clara y aprenderse bien, pero el resultado no es seguro que sea bueno
Christie es un milagro de juventud.Como es inglés se mantiene erguido y ligeramente flemático aunque no puede evitar aprobar, reaccionar y de alguna forma interactuar con sus intérpretes, su coro y su orquesta.
Lo que falla en Netrebko es no pasar de la epidermis de la música y las letras, y creer que mezcla es lo mismo que fusión, cuando generalmente es confusión.Pero de eso no tiene la culpa (sólo ni principalmente) Anna Netrebko.
Osborn se lució como actor y cantante de modo notable volviendo a su nivel en Cellini y haciendo olvidar su pequeño traspié en "Pescadores de perlas".Dominó la partitura de arriba abajo como si de un juego se tratara y superó su imponente prestación de la salle Pleyel de París con Minkowski.
Lo que hizo Germán Enrique Alcántara en la final con el ‘Io morrò’ del Don Carlo, más que algo estrafalario y de dudosísimo gusto, supuso desde mi punto de vista un error a la elegancia y estilo del barítono en la ópera de Verdi.
Cada vez más se observa que varios cantantes parecen no tener idea del repertorio y, peor todavía, de las posibilidades de sus respectivas cuerdas.No sé si los maestros tienen algo que ver, pero encontrarse con un barítono que elige el aria de Fiesco del Simon Boccanegra verdiano bastaría para descalificarlo
Orlinski es un cantante bueno, no sensacional en su manejo de las agilidades que abundan en su repertorio y con algo que caracterizaba casi sin excepción a contratenores de generaciones anteriores a la última y penúltima: una notable diferencia de color entre el grave y el agudo, y un centro más bien pobre.
Di Donato tiene una personalidad cálida y una óptima relación con su público barcelonés.Como muchos hoy, dialoga con los espectadores para explicar el programa, o alguna de sus elecciones, y en algunas oportunidades para referirse a una situación mundial concreta.