Justin Doyle ofreció una legibilidad perfecta de la obra.Siempre flexible y sobrio, acompañó sin ostentación y propuso una interpretación equilibrada y retenida donde ningún protagonista quedó desprotegido
Lina Johnson interpretó una Peri que se fue adentrando poco a poco en el universo de lo inmaterial.Su registro medio no fue muy audible y sus notas agudas sonaron impecables pero sin verdadera seducción, más terrenales que etéreas.
López propone un único y desnudo espacio escénico que sirve como hospital, convento, prisión y plaza de ejecución, y que resuelve mediante el uso de la iluminación y la dirección de actores.
Beth Taylor interpretó a una Lisea locamente enamorada pero a la vez melancólica y vehemente, con una voz de mezzo oscura que sirve perfectamente a su papel travestido, tanto por su timbre como por su coloratura y profundidad, dejándonos asombrados con la sublime ‘Se un cor sofrir sapra’.
Sol Gabetta afrontó con maestría todas las dificultades del 'Concierto para violonchelo' de Lalo con una interpretación redonda, intensa y cálida que conquistó visiblemente al auditorio.
La falta de Bournonville en los escenarios españoles es un déficit importante, sobre todo en comparación con las relativamente abundantes coreografías de Petipa.En comparación Bournonville puede parecer menos 'mágico', menos delicado incluso, pero no lo es.
La interpretación del Bach Collegium Japan y Masaaki Suzuki fue muy gratificante desde todos los puntos de vista, y hasta la Sala Argenta pareció sonar mejor que en otras ocasiones, seguramente porque se planteó una ejecución direccional, orientada al centro de la sala.
En 2009, en el marco de la 58 edición del F.I.S., se presentaron en la sala Argenta del Palacio de Festivales de Santander Iván Fischer y su Budapest Festival Orchestra con un concierto que quince años después han repetido con el mismo programa de otrora, pero con la presencia de Kopatchinskaja en lugar de Kavacos
Las abundantísimas propinas de Yuja Wang, hasta casi duplicar la duración del concierto, acercaron su recital al de una diva de ópera, que siempre se 'debe a su público'
Sin duda la Gala Puccini giró en torno al protagonismo de una Sondra Radvanovsky en plenitud de facultades que gustó y se gustó como pocas veces en este FIS 2024.