Lo que más disfruté de este concierto fue la naturalidad de los niños en la sala, con la música y con las explicaciones, y su conocimiento de los rituales del concierto.La Orquesta de la Suisse Romande tiene futuro y eso es lo más importante.
Una huelga impidió la representación escénica de esta producción de Sidi Larbi Cherkaoui para 'Idomeneo', muy basada en el ballet y la escenografía.El resultado, un 'Medio Idomeneo' que no llegó a convencer.
Jonathan Nott desplegó todo su talento en una maravillosa interpretación de la 'Suite de Háry János', con un discurso fluido y natural, casi espontáneo, con atención a los más mínimos detalles, y una orquesta motivada.
En una entrevista reciente, Sandrine Piau declaró que necesita "hacer música donde la voz no sea lo más importante" y eso es quizá lo que más destacó de este recital en Ginebra.Ciertamente mostró una voz preciosa y un programa muy trabajado, pero sobre todo hizo música y la hizo desde su propia experiencia, lo cual dió al concierto un plus de emocionalidad muy destacable
En su interpretación de la 'Séptima' de Bruckner no hubo ni fervor religioso ni profundidades filosóficas: sólo música imponente tocada de forma imponente, y por esa razón pocas veces adquiere tanto sentido eso de que la música es algo que sucede entre dos silencios.
La recapitulación del tema del héroe, ahora vencedor, supuso escuchar a los ocho contrabajos y las ocho trompas de la orquesta en su máximo esplendor.Además, Petrenko negoció con habilidad -el impulso fue incansable- el repaso de las obras del protagonista, seguramente la parte discursivamente más peliaguda de la pieza.
Petrenko no reniega del carácter desenfadado de la 'Octava' de Beethoven, pero tampoco esconde sus momentos furiosos, como el ritmo obsesivo que impulsa el finale, o sobre todo el comienzo del desarrollo en el primer movimiento, con ese crescendo amenazador en la cuerda grave que desemboca en la explosión del tema principal
Mutter es la decana de los violinistas actuales, y sabiendo que en la actualidad prácticamente todos los buenos violinistas son mujeres, ha tenido la inteligencia de dejar para ellas los conciertos del “gran repertorio” y de un tiempo a esta parte se dedica a interpretar piezas poco frecuentadas o a obras comisionadas especialmente, como es el caso de esta noche.
Fischer es probablemente el único maestro “tirano” de la actualidad mientras que el Concertgebouw tiene fama de ogro con cualquier batuta que se le ponga enfrente.