Lamsma demuestra un dominio epatante de su instrumento: increíble cómo maneja el forte y el piano, cómo se ríe de las agilidades, la energía que pone en general en su interpretación o cómo por el contrario sabe respirar y hacernos respirar
La Cenicienta de Massenet es una auténtica joya.El oyente va de melodía hermosa en melodía hermosa y me parece increíble que este título no tenga más predicamento entre programadores y público de todo el mundo ¿Que por momentos puede resultar cursi?
Gracias a la capacidad de expresión de Vilde Frang, nos parece ver a la joven Manon Gropius jugar y sentir, vivir dando y recibiendo ternura.Y, en un segundo movimiento que nos estremece, nos parece verla debatirse contra la muerte.
Las únicas que salen más que airosas son Sara Mingardo (elegancia en el canto, fraseo sin igual, voz aterciopelada: un lujo) y Cecilia Bartoli (que tiene más tablas y más sentido escénico que todos sus compañeros juntos).
Stanislas de Barbeyrac fue un magnífico don José.Barbeyrac, que empezó su carrera abordando el repertorio barroco y clásico, de un tiempo a estar parte viene trabajando para abordar roles bastante más pesados, de tenor dramático.
El público sale de 'El caso Makropulos' diciendo eso de «no sé si es la música o si es el libreto, pero algo falla en esta ópera».¡Claro que algo falla!Pero no es ni la música ni el libreto, sino la dirección de escena y la dirección del teatro que se empeña en contratar a los mismos mequetrefes so pretexto de «atraer al público joven».
Si las anécdotas y datos resultan curiosos, la música resulta emocionante.Además son fragmentos poco conocidos salvo por los muy aficionados.Los únicos famosos son François Couperin y Jean-Baptiste Lully.
El libreto de 'La bota secreta' no tiene desperdicio, y la música -picantísima, pero también con instantes de lirismo aún más graciosos, con melodías inmediatas y de inconfundible sabor finisecular- es una sucesión de perlas cada cual más inteligente que la anterior
Serebrennikov, copiando en su reciente puesta en escena de 'Lohengrin' todos los tics de los directores de escena ‘in’, nos permite realizar el siguiente decálogo que seguro será de gran utilidad para todo el que quiera acceder al estatuto de ‘artista’ con simplemente aplicarlo
El público que conocía 'La fille de Madame Angot' sale muy decepcionado de haber visto una suerte de sucedáneo, y el que no conocía la obra sale pensando que no vale mucho, con un libreto tonto y una música simplemente agradable.