Devielhe tiene además una aproximación, por así decirlo, camerística a la interpretación musical: no se detecta en ella ni un ápice de divismo.Fue igualmente un placer admirar la sutileza con la que establece una complicidad con el resto del reparto y con el director e, incluso, la orquesta.
Si las cuatro variables principales -puesta en escena, dirección musical, interpretación vocal y acústica de la sala- eran tan sumamente frágiles, parecía evidente que esta producción de 'Orphée' iba a salir mal
Arabella se cuestiona la sociedad que le rodea e, incluso, al contrario de lo que afirma Loy, se concibe a sí misma como algo diferente a lo que representan su madre y su hermana: volcanes emocionales que no reflexionan racionalmente sobre su condición y sus actos.
Aquiles, por inducción de su madre y para librarse de ir a la guerra, da el paso de convertirse en Pirra.Y como mujer vive felizmente en Esciros junto a Deidamia.Hasta que se entromete Ulises y hace resurgir al macho alfa que Pirra lleva dentro.
Catherine Foster (Isolde) fue la gran protagonista de la noche.Casi siempre en escena, no acusó el esfuerzo vocal de su rol y mantuvo un nivel altísimo.En cada acto -cambió incluso de traje- se comportó de un modo distinto y fue evolucionando desde el capricho inicial por un Tristán que aparentemente la desdeña hasta el emocionalmente agotador acto final
Junto a la ilusión propia de los relatos infantiles, se respira en 'Cendrillon' de Viardot la nostalgia propia de una época que se había sobrevivido a sí misma