Devielhe tiene además una aproximación, por así decirlo, camerística a la interpretación musical: no se detecta en ella ni un ápice de divismo.Fue igualmente un placer admirar la sutileza con la que establece una complicidad con el resto del reparto y con el director e, incluso, la orquesta.
Si las cuatro variables principales -puesta en escena, dirección musical, interpretación vocal y acústica de la sala- eran tan sumamente frágiles, parecía evidente que esta producción de 'Orphée' iba a salir mal
Arabella se cuestiona la sociedad que le rodea e, incluso, al contrario de lo que afirma Loy, se concibe a sí misma como algo diferente a lo que representan su madre y su hermana: volcanes emocionales que no reflexionan racionalmente sobre su condición y sus actos.
Aquiles, por inducción de su madre y para librarse de ir a la guerra, da el paso de convertirse en Pirra.Y como mujer vive felizmente en Esciros junto a Deidamia.Hasta que se entromete Ulises y hace resurgir al macho alfa que Pirra lleva dentro.
Catherine Foster (Isolde) fue la gran protagonista de la noche.Casi siempre en escena, no acusó el esfuerzo vocal de su rol y mantuvo un nivel altísimo.En cada acto -cambió incluso de traje- se comportó de un modo distinto y fue evolucionando desde el capricho inicial por un Tristán que aparentemente la desdeña hasta el emocionalmente agotador acto final
Junto a la ilusión propia de los relatos infantiles, se respira en 'Cendrillon' de Viardot la nostalgia propia de una época que se había sobrevivido a sí misma
Pelly revalidó ser sinónimo de elegancia, novedad sin desatinos, e ironía fina que no desdeña algún trazo grueso.Creo que la producción puede tener largo recorrido y se lo merecería.Aquí estamos en el mundo de la fotonovela italiana de los años setenta del pasado siglo, con la que se evade Fiorilla del ‘aburrimiento’ sobre el que versa su aria de salida.
Paco Azorín entiende 'Medea' desde la perspectiva de los dos hijos de la hechicera y semidiosa de la Antigüedad griega, y hace fluir toda su oscura visión escénica desde esa óptica infantil
Se ilumina la escena, la Regenta semidesnuda está tirada en el suelo, el Sapo le lame la pierna y le da un beso.Y luego no pasa nada hasta que noventa minutos después se repite lo mismo.
Ivor Bolton se encontraba en su salsa.Una vez más se mostró como un excelente concertador y disfrutó a ojos vista (y nos hizo disfrutar) con una dirección ágil, direccional, sabia, y rebosante de pequeños y deliciosos detalles de distinción.
'Orlando Paladino' es una de las más corrosivas críticas político-sociales de la historia de la ópera cuyo único parangón podría ser 'Le Grand Macabre' de Ligeti.
El trabajo de Pountney ha sido extraordinario y se ha ‘limitado’ a exponer con claridad el libreto y a trabajar notablemente con los cantantes/actores.Destacan la dignidad, los diversos ‘no’, la impotencia de los guardianes que no entienden por qué todos los detestan, las mezquindades, los castigos inútiles, los intentos de comprar fidelidades.
La carrera de Tomás Marco como compositor teatral parece colmar de satisfacción al autor.Pero en realidad es una larga sucesión de fracasos hasta llegar a esta vergonzosa derrota final
El aspecto musical es el que sale fortalecido en un capricho escénico que obvia y prescinde voluntariamente del preciosismo de una música de exaltado lirismo, que no ve su correspondencia sobre el escenario
'David et Jonathas' de Charpentier es una ópera de voces que sepan desplegar y transmitir al público la amplia gama de afectos a la italiana, pero con la particularidad del genuino recitado francés, manejando para ello a la perfección la prosodia francesa
La dramaturgia de David McVicar, un regista amante de la belleza y la distinción, resucita con una viveza inédita y realismo histórico el espíritu de la Comédie Française y todo lo que la rodea, con el sostén de una exquisita escenografía dieciochesca
Óperas, ballets, conciertos, cuentos, cine, teatro y talleres musicales en familia se dan cita en el Real Teatro de Retiro durante todo el año en una de las iniciativas más estimables que se han implementado en los últimos años en la capital española.
David McVicar, quien ya ofreció su propuesta de 'Gloriana' de Britten en este mismo coliseo, vuelve a plasmar en escena toda la imaginería asociada a la reina Isabel en un montaje que se erige con poderosa fuerza visual y escénica por medio del vestuario de época, de una asombrosa fidelidad a los retratos pictóricos, y cuidadísimo estéticamente