"Ahora me han dicho que ya no se me permite tocar, porque con mi actuación la gente vería demasiado perturbada su devoción;¡ya nadie podría rezar!¡Vaya fama!".Max Reger, 1902
Markus Becker reunió en esta velada a otros dos excelentes músicos, la clarinetista Sharon Kam y el violonchelista Alban Gerhardt, para presentar dos tesoros de la rica creación camerística de Reger