Del 27 de agosto al 24 de septiembre se celebrará la nueva edición del Festival Enescu que tiene lugar cada dos años en Bucarest y otras localidades rumanas.Se trata de un festival muy amplio, tanto por su duración, casi un mes, como por la cantidad de conciertos que ofrece, organizados en varias series: la principal la de 'Grandes orquestas del mundo' que se celebra en la sala de Palatului.
En el Ateneo Rumano, la sala de conciertos más bella de Bucarest, se celebran dos series: los 'Conciertos del Athenaeum' que se celebran casi todos los días a las 17.00;y los 'Conciertos a medianoche', que afortunadamente suelen comenzar un poco más temprano.
Tras los dos artículos dedicados a los conciertos que ofrece el Festival Enescu en la Sala de Conciertos del Palacio y en el Ateneo Rumano, pasamos a presentar otro ciclo de conciertos, la 'Serie de orquestas rumanas', diez conciertos que tienen lugar preferentemente los fines de semana.
Desde 1995 los fondos del Festival Enescu se han ido incrementado tanto con patrocinios institucionales como con mecenazgos privados, y con ello el número y calidad de los conciertos presentados.Actualmente el Festival Enescu aspira a competir en la misma liga de los festivales de Lucerna, Edimburgo o Proms londinenses
Mehta tiene la 'Segunda sinfonía' de Mahler en la cabeza y en el corazón, no necesita recordatorios, y su renuncia a la partitura y la retirada del atril -ya dirige sentado- le dieron mayor visibilidad y espacio para moverse.
En el caso de Widmann su amor y respeto por el pasado musical es obvio e indisimulado en las abundantes ráfagas sonoras que se interpolan en su discurso principal, a modo de interferencias que pueden llegar a adquirir la luminosidad de un neón
El programa estaba bien diseñado, un concierto para violonchelo a cargo de Gautier Capuçon;una obra lucida de Enescu, y otra brillante y popular como la 'suite de El caballero de la rosa'.Pero también son obras bien conocidas por el público, quien a menudo tiene en la cabeza versiones de referencia por lo que las comparaciones son inevitables
Escuchar a V Coloris las 'Seis bagatelas para quinteto de vientos' es una bocanada de aire fresco que nos recuerda que el huraño Ligeti era un artista profundamente humano, con un agudo sentido del humor, y un buen gusto embriagador.
El histórico Fine Arts Quartet ofreció un programa exclusivamente centrado en las obras tempranas de Georges Enescu, casi el mismo programa que grabaron en octubre de 2022 para Naxos y se acaba de comercializar.
Honeck construyó con la 'Primera sinfonía' de Beethoven un edificio muy potente, espléndidamente graduado en el aspecto dinámico, lo que -sumado a la sala- nos proporcionó un ambiente sonoro pocas veces sentido en esta sinfonía
Lo que el público contempla es a un director que depende de la partitura en el atril y al que los músicos no atienden porque están muy ocupados intercambiándose miradas para no perderse.
Después de las seis piezas de Debussy, Say interpretó cuatro obras propias, casi sin separarlas entre sí, de modo que aunque eran muy distintas se acabaron convirtiendo en un bloque unitario que mostró sus diferentes recursos compositivos, incluyendo sus aproximaciones al jazz
Turangalîla es un homenaje a las tradiciones del poema sinfónico, rotas por la II Guerra Mundial, y un canto gozoso a la difícil conquista de la paz y la libertad.Como toda buena creación crepuscular, acierta a aplicar una retórica actualizada a los discursos de un pasado que ya no volverá.
'Isis' fue la obra de Enescu de la que más disfruté en esta edición del Festival, uno de cuyos principales objetivos es precisamente dar a conocer y poner en valor la música de Enescu
Tanto Lisiecki como Asbury hicieron una versión preciosa del 'Concierto' de Grieg, donde predominaba lo lírico sobre lo sentimental y el romanticismo se racionó cuidadosamente.Por su parte la Orquesta Juvenil de Rumanía fue mucho más que una orquesta joven
Cabe preguntarse si el Festival Enescu no nos somete a demasiada tensión con sus programaciones.Ofrecer en poco más de 24 horas una 'Segunda' y una 'Novena' de Mahler, y esta 'Quinta' de Chaicovski puede ser incluso peligroso para el estado mental de un buen aficionado