Volodos conectó el más puro ensimismamiento schubertiano con la brillantez del pianismo schumanniano;la ligereza cantabile de Schubert, con la intensidad irresistible de Schumann
Presenta una programación marcada por la pluralidad que incluye 156 conciertos con grandes nombres del panorama internacional y jóvenes promesas locales.
Pocos podrán igualarse a Volodos en comprensión, ejecución y evocación de la obra de Scriabin.El pianista ha interiorizado a su compatriota: místico y vehemente, contradictorio en sus ansias tenebrosas de un paraíso, que, como Tántalo, acaricia, pero nunca alcanza.
Consta de 30 conciertos que darán comienzo todos a las 19.30 horas, 16 de ellos en la sala Auditori de Les Arts y 14 en el Teatro Principal de València.
La alegría, el amor, la pasión y la melancolía, todo esto se encuentra también en la vida de los grandes compositores.Pero en la música estos estados alcanzan un nivel más elevado, más refinado y sublimado.
Los Intermezzi op 117 de Brahms subieron el listón expresivo hasta alcanzar una belleza insólita.La sobriedad, musicalidad y refinamiento expresivo que el compositor hamburgués vuelca en estas piezas tardías encajan a la perfección con la personalidad de Sokolov.
Volodos nos permitió escuchar como nunca la paleta dinámica y armónica de la partitura, el equilibrio sonoro de todos los planos que se escuchaban con una claridad y transparencia únicas y el contraste entre un lirismo de alto vuelo poético con una ajustada solemnidad.
Jesús Herrera cuenta con experiencia en la producción de grabaciones para diversos sellos independientes, como Deutsche Grammophon o Warner y en el desarrollo de plataformas de georeferenciación de la historia de la música, como GeoClassical.