La producción muestra la profunda tragedia del personaje principal, degradado a mera figura funcional en la psicosis de Senta.La tensión entre ambos se disuelve, la progresión de la trama se centra únicamente en la catástrofe psicológica que le espera a Senta a lo último.
Thalheimer muestra en consecuencia a Parsifal no como un vengador de Cristo, sino en la máscara completamente ambigua de un payaso, cuya mueca vuelve a estar maquillada de sangre.
Thielemann es sin duda el mejor director wagneriano de los últimos veinticinco años.Lo afirmo y lo sostengo.Como escribiera el mismo Wagner, Thielemann narra “las desgracias y muerte...la miseria de Wotan...
La puesta de Vasili Barkhatov transforma el material supuestamente "antiguo" en una pieza actual, demostrando que hay algo intemporal en la historia y que puede trasladarse sin gran esfuerzo a nuestros días.
El relato de Tatjana Gürbaca es inobjetable incluso en estos tiempos de guerra;nada de visiones románticas.Todo lo contrario.Lo que se retrata en este espacio escénico es ante todo un drama familiar intemporal y no local.
La producción crea un mundo en movimiento, mas no logra ser un alegato terminante en favor de una versión escenificada de la obra;se pierde en minucias, hay bastante chatura en la exposición, si bien hubiera podido prosperar aprovechando sus contrastes.
Detrás de la sexta puerta Judith encontrará un mar de lágrimas, congeladas en la nieve.Con ellas descenderá uno de esos globos azules y el duque se sentará en el suelo anímicamente destrozado.Sobre la metáfora de la cámara de tortura el espectador sospecha que debe de estar relacionada de alguna forma con la propia infancia de Barbazul.
La maravillosa ilustración dancística de la célebre sinfonía de Mahler que ideó Schläpfer es una creación crucial y fatídica que refleja la fragilidad de la existencia que nos viene acompañando tan de cerca desde el estallido de la pandemia.
Horas antes del estreno, un grupo de neonazis e imbéciles que se prestan para protestar contra las medidas sanitarias de prevención por la pandemia gritaban el himno de Alemania frente a la Ópera de Düsseldorf como para hacerse con el control del discurso.
Los elementos dramáticos, melancólicos y cómicos que parecían ornamentados con arranques espontáneos de los intérpretes, me traían a la memoria en algunos momentos a los happenings de mediados del siglo XX.