Tras el éxito de 'Eso no estaba en mi libro de historia de la música' y 'Los músicos de Hitler', el autor se pregunta qué nos enseñan los sonidos que nos rodean.
Guercœur's neglect, inversely proportional to its qualities, is wholly unjust: its score is satisfyingly late-romantic in its orchestration and thematic intensity
El oyente encontrará aquí una sonoridad muy buscada -en la que se explora y extrae con maestría las posibilidades tímbricas del instrumento-, un exquisito cuidado en los cambios de dinámica y, como ya se ha subrayado, especialmente en esos fortes atacados en las tesituras más graves.
Desde 2003 Opera Fuoco organiza conciertos y representaciones con un principio simple: una pequeña orquesta estable históricamente informada, y un conjunto de jóvenes cantantes al inicio de sus carreras.
El libreto de 'La bota secreta' no tiene desperdicio, y la música -picantísima, pero también con instantes de lirismo aún más graciosos, con melodías inmediatas y de inconfundible sabor finisecular- es una sucesión de perlas cada cual más inteligente que la anterior
"Los músicos de Stalin" se ocupa de la música escrita por los compositores más significativos del área rusa desde los últimos años del zarismo hasta la compuesta después de la caída de la Unión Soviética, haciendo especial hincapié en los maestros que, de una manera u otra, desde dentro y desde fuera, trabajaron durante los años de la dictadura de Stalin.
Una verdadera delicia para los amantes del canto y de la música en general.Los registros van de 1950 (Paul Schöffler) a 2010 (Joseph Calleja).Hasta el CD 37 llevan todos un Bonus que complementa el disco original, de menor duración.
Lo que se representa en 'Farnace' es mucho teatro del bueno y se escucha música del mejor Vivaldi.El compositor nos propone un enjambre de rojos y negros, de estrellas y dragones: un riquísimo kilim de infinitas texturas, colores y dinámicas.
Jones sazonó los recitativos con un énfasis de violencia o pasión acorde a cada palabra.En esta Clemenza todos están a punto de volverse locos en sus arranques de pasión y agresividad recíproca: se acusan, traman incendios, asesinatos y juicios sumarísimos, y se exaltan en sus ambiciones de poder, para luego deprimirse y pedir un perdón que nunca parece del todo sincero.