Entre Gardiner con el Monteverdi Choir en la inauguración y Bychkov con la Filarmónica Checa y el Orfeón Donostiarra en la clausura, el Festival Internacional de Santander presenta una programación que incluye solistas como Lang Lang, agrupaciones sinfónicas y camerísticas, ópera y danza.
Un programa inteligente y rico en reflexiones sobre las honduras psicológicas que animan a creadores de obras maestras.En este caso el leitmotiv del dolor y, tal vez, la aceptación
Una verdadera delicia para los amantes del canto y de la música en general.Los registros van de 1950 (Paul Schöffler) a 2010 (Joseph Calleja).Hasta el CD 37 llevan todos un Bonus que complementa el disco original, de menor duración.
Íntegramente dedicado a los Lieder, el programa no incluye ningún aria de ópera, pero sin embargo se asemeja a una velada operística de alto octanaje.Una de las razones es la presencia de Robin Neck, un joven cantante que rezuma potencial como para llegar muy lejos tanto por su calidad vocal como por su capacidad fascinante para llegar al núcleo de un texto y encarnarlo con todo su corazón.
La relación entre Walter Legge y Wilhelm Furtwängler fue conflictiva.Legge como productor de HMV era un profesional inteligente, autoritario y con un profundo conocimiento de la música.Furtwängler no concebía que discutiesen sus criterios artísticos, era desconfiado respecto al mundo discográfico y a veces en el estudio de grabación se mostraba inseguro.
Furtwängler creía que la adecuada interpretación de una obra se daba cuando existiera una 'Gemeinschaft', es decir una “comunidad de oyentes” imprescindible para un buen concierto como algo vivo y en permanente transformación.
Para finalizar este apartado, otras cinco versiones videográficas de la ópera, filmadas entre 2014 y 2019, que se suman a dos grabaciones de ensayos y dos películas relacionadas con 'Der Freischütz': 'Aufforderung zum Tanz' (1933) y 'Der Freischütz in Berlin' (1987)
Si bien el pensamiento científico ha estado vinculado durante mucho tiempo a la teoría musical y la fabricación de instrumentos, en «Nineteenth-Century Opera and the Scientific Imagination» se exploran por primera vez las profundas y a menudo sorprendentes intersecciones entre las ciencias y la ópera durante el largo siglo XIX.
Antonacci es dueña del estilo, de la técnica y del francés, y la fascinación dura de la primera a la última nota.Como no deja de excavar en la frase, ahora el retrato es más completo y profundo, y si en ‘O malheureuse Iphigénie’ ha estado menos ‘reservada’ lo que me impresionó fue su trabajo sobre el aria inicial del tercer acto, ‘D’une image’, tremendamente melancólica y angustiada