Es evidente que Curro Carreres está enamorado de Entre Sevilla y Triana y ha dedicado mucho tiempo y trabajo al rescate de la obra de los archivos de la SGAE.Pero el enamoramiento no es garantía de comprensión del ser amado y el tiempo y el trabajo empleados no garantizan el buen resultado final.
La economía de medios en juego de luces, reparto del espacio escénico y elementos escenográficos limitaron el necesario y expresivo contraste ambiental (musical y físico-simbólico) que se ofrece en las diferentes escenas.
Carlos Álvarez es y ha sido siempre una persona de carácter amigable y generoso.Ha vuelto a un amplio repertorio operístico, de zarzuela e, incluso -aunque no se considera un “liederista”- cultiva la canción de concierto y hasta, si se tercia, la copla popular.
Dos representaciones no históricas, pero sí buenas, que ya es mucho, y la agradable sensación de que Verdi y sus obras están bien establecidos y durarán mucho más, si antes no nos las arreglamos para cargarnos definitivamente el planeta.
El 'Fidelio' malagueño sonó genuinamente clasicista y menos romántico de lo que ha impuesto la costumbre, con texturas incluso ligeras y casi mozartianas en las partes más líricas.Con el volumen de la orquesta controlado se podían apreciar mejor los planos y efectos del tejido orquestal, con un resultado final menos dramático y más cercano al singspiel con el que le emparentan los diálogos hablados.
Cantantes de alto nivel, bien sostenidos por las dos orquestas y un director que siempre tuvo cosas interesantes que contar.Evidentes carencias escénicas, no tanto porque la orquesta ocupara el escenario y el velo de proyecciones restringiera aún más la posible utilización del espacio, sino porque los movimientos fueron en no pocas ocasiones desganados y hasta ridículos.
Con base en la tonalidad como sustento armónico principal de la ópera, la adecuación de la música de Ortega al texto es total, consiguiendo un sentido narrativo y discursivo que no pierde nunca la continuidad dramática, y es ahí donde se evidencia la profunda deuda con Puccini en la suntuosa orquestación de corte verista, optando por recursos atonales para la ambientación de situaciones concretas de cierta tensión latente, cuyas sonoridades camerísticas evocan irremisiblemente a Schoenberg o Berg.
Lo que he aprendido es que al final el texto y la música te lo dicen todo y cómo tienes que hacerlo.Cuando escuchas la música y la tienes que interpretar es algo que viene prácticamente solo.Pensando en el Rossini buffo la tradición tiene un peso, pero no es menos cierto que la música te lleva a ella.
Al frente de la RFG se pondrán grandes maestros nacionales e internacionales.Debutarán con la RFG Jan Wierzba, Erik Nielsen, Baldur Brönnimann, Wayne Marshall, además de la directora coreana Eun Sun Kim -que ofrecerá un programa con dos obras de mujeres de los siglos XVIII y XIX- y el maestro catalán Francesc Prat;