La trama sigue su curso archiconocido: el príncipe elegido para Livia por su madre encuentra el amor verdadero en Clara.Pero Livia sigue su propio derrotero, se libera de las ataduras de la bruja que es su progenitora, así como de su entorno y toma las riendas de su propia vida.
A cuatro niveles se desarrolla esta fascinante y compleja historia en la que acechan la astucia y la malicia a través de brebajes mágicos y broncas entre dioses.Tanto más sorprende cómo Breiner, con frescura, humor y diestra mano, desata todos estos prietos nudos para ofrecer una velada de ballet digna de ser laureada con un premio internacional.
Lienzos que cubren o que descubren cuerpos y muebles ondean sobre la escena.Julieta danza con un atuendo blanco que primero es un traje de novia y finalmente se transforma en una mortaja, levita como una pluma con su estilizado cuerpo tratando de liberarse de las presiones sociales.
Por un breve lapso nos perdemos en el torbellino de secuencias y variaciones de movimientos ininterrumpidos hasta que despertamos cuando todo ha pasado.El universo de los sueños es para Dawson un ámbito de libertad, un paraje sin nombre, ajeno al tiempo y sin localización concreta.