El solista más destacado en el Concierto para piano, trompeta y orquesta de cuerdas fue el belga Jeroen Berwaerts, un trompetista de sonido redondo y equilibrado, muy bien resuelto técnicamente y de una aquilatada musicalidad, que supo mantenerse en su sitio en todo momento con respecto al mayor protagonismo del piano, como demuestra su gran sensibilidad en el uso de la sordina en el segundo movimiento, para crear una sonoridad en la distancia.