Lo más destacable del elenco vocal fue la enorme competencia y homogeneidad dramática y musical que nos proporcionaron una de esas funciones de las que se sale gozoso y optimista
El Estado alemán debería anunciar que considera las propiedades saqueadas durante el Holocausto simplemente bienes en fideicomiso perpetuo y que las tratará como tales.
Uchida y Biss, aunque no sean un dúo estable de piano, han ensayado -y mucho- juntos, y además tienen un entendimiento natural evidente: los fraseos y las dinámicas fueron casi perfectos
Encuadradas en apenas el lapso de noventa años, las tres obras ofrecidas por Zacharias representan tres hitos en la historia del pianismo romántico: sus albores, su esplendor maduro y un nostálgico 'requiescat in pace'.
Este concierto fue grabado pocas semanas antes del comienzo del confinamiento por COVID-19 ¿Serían conscientes Alard y el público de lo que iba a pasar?, ¿que durante muchos, muchos meses, prácticamente no iba a haber conciertos en directo y que estaríamos en casa soñando con los tiempos en que asistir a un concierto como este no tenía nada de 'especial'?
Los espectadores se pusieron de pie espontáneamente y ovacionaron a un pianista que, quiérase o no, pese a sus desplantes, tiene su público fiel que lo aguarda siempre con gran expectación y que todas la veces cae hipnotizado con sus interpretaciones.
A barcarola El Canto del Marino anunciou-se à venda em 16 de março de 1842 (Boletín Bibliográfico Español y Estrangero, 1842, p.91).Vendia-se no armazém de Carrafa junto com outras onze peças para voz e guitarra ou piano, recolhidas no que devia ser um belo livro de pequenas dimensões, intitulado Álbum Lírico ó Coleccion de doce canciones jocosas y sérias con acompañamiento de piano ó guitarra, compuestas por varios profesores.
Un programa a priori tan prometedor tuvo un resultado desolador imputable en exclusiva a las obvias carencias de Carlos Mena, un director carente de experiencia, de repertorio y de técnica.El escaso público asistente fue castigado con unas lecturas aburridas, desorientadas y superficiales de las tres piezas, sin diferenciación estética perceptible, sin fraseo, sin planos sonoros, sin pulso y sin ese gusto por el sencillo disfrute de la música que desborda la música de Arriaga, Farrenc y Vaughan Williams.
Si la identificación de la música romántica y la emoción nos parece obvia, al igual que a los artistas y al público del siglo XIX, resulta desconcertante que tan pocos pensadores contemporáneos estuvieran de acuerdo o la aprobaran.
Este Cascanueces no es un drama psicológico, consigue entretener a un público joven y adulto que sale de la sala de la ópera de Düsseldorf con una sonrisa de oreja a oreja.Como recuerdo del estreno, cada uno de los asistentes recibe de obsequio una nuez dorada, similar a la del collar de Clara.