El manuscrito del 'Concierto para piano' de Serrano fue descubierto por Manuel Gómez del Sol, quien durante años trabajó arduamente en preparar la edición razonada de la partitura y el estreno del 'Concierto' en un marco adecuado, así como la publicación de la partitura
En la carrera de la pianista María Solinís Riobello ha desarrollado destacan su labor solidaria y la creatividad para fusionar distintos tipos de artes.Ahora presenta en el Centro Cívico de Zorroza de Bilbao su tercera edición de Emakumearen Taupadak, los latidos de la mujer.
Las voces aterciopeladas y en tonalidades turquesa de Adriana González y Marina Viotti parecen muy adecuadas para el colorido toque de esta música, ampliamente meridional e inundada de luz, cuya picardía culmina en su amor a la vida.
Un concierto dedicado a la canción es, desgraciadamente, un evento extraño en el ámbito musical de Valladolid, y más protagonizado por dos artistas que lo han estudiado en profundidad durante años: María Martín e Irene Alfageme
Fueron precisamente estas fluidas melodías y pequeñas piezas para piano las que hicieron a Cécile Chaminade tan inmensamente popular.Sus seguidores eran (y son todavía hoy) predominantemente mujeres.
Con 'Rescate del olvido – Once violinistas y compositoras (1850-1950)', David Otero Aragoneses reivindica el feminismo en el terreno de la creación, exponiendo la trayectoria vital y profesional de esas artistas europeas.
En noviembre de 2021 se cerrará el curso lírico con una nueva producción de la ópera El Cónsul de Gian Carlo Menotti con la dirección de escena de Rubén Szuchmacher.
Viribay realizó un acompañamiento rico en expresión y con una buena comprensión de las texturas que presentaban las partituras, cuidando mucho la dinámica y dejando a la soprano en una situación cómoda para poder explayarse.
Von Stade dio una masterclass en el Museo de la Música, y ahí se detuvieron todos los relojes.No sólo se trataba de las indicaciones y del aliento permanente a los jóvenes cantantes, sino de su expresión al seguir ya fuera la entrada de Urbain en 'Les huguenots', el aria de la carta de Charlotte en 'Werther', o el rondó final de 'La Cenerentola' con una memoria fabulosa para el texto y una expresividad para la que sólo hacía falta el pequeño movimiento de una mano o incluso un dedo.
Dentro del catálogo de composiciones de Enrique Granados, el epígrafe de música de cámara apenas ocupa dieciséis títulos, de los cuales cuatro se corresponden a obras perdidas o incompletas, nueve a breves obras ocasionales, transcripciones o anecdóticas y sólo tres a composiciones ambiciosas en varios movimientos: el Quinteto en sol menor para piano y cuerdas (1895), el Trío en do mayor para violín, violoncello y piano (1895) y la Sonata para violín y piano (1909).