'Armide' de Gluck consigue desmarcarse de la obra de Lully sin traicionar el libreto de Quinault.Porque todas las inflexiones, todos los sentimientos de los distintos personajes, todas las situaciones, están reflejadas musicalmente con una paleta nueva para la época, que sigue emocionando hoy
Alexandre Kantorow sobrevuela estos mundos pianísticos con fantástica maestría.Poderoso en Liszt, se apropia con éxito de las visiones extravagantes de Schumann, explorando con gran sutileza el nuevo mundo sonoro propuesto por Scriabin.
La relación entre Walter Legge y Wilhelm Furtwängler fue conflictiva.Legge como productor de HMV era un profesional inteligente, autoritario y con un profundo conocimiento de la música.Furtwängler no concebía que discutiesen sus criterios artísticos, era desconfiado respecto al mundo discográfico y a veces en el estudio de grabación se mostraba inseguro.
Furtwängler creía que la adecuada interpretación de una obra se daba cuando existiera una 'Gemeinschaft', es decir una “comunidad de oyentes” imprescindible para un buen concierto como algo vivo y en permanente transformación.
"Cuento con usted para hacer la revolución en el arte que el pueblo está haciendo en la política", fue el mandato que George Sand, una de las escritoras más influyentes de su tiempo, le dio a la joven música, a la sazón de 17 años en 1848.
El acto se realizó en el Salón Dorado de la Legislatura Porteña y comenzó con la presentación de la violinista Cecilia Isas interpretando Danza de los espíritus bienaventurados de Gluck.
Como tienen la cabeza llena de música, solo piensan canciones, solo emiten sonidos.Pero han llevado la ciencia de la notación tan lejos que si la razón pudiera ser anotada, todos pensarían con fluidez a libro abierto.
La fusión de formas, estructuras y procedimientos literarios en gestos musicales es característica de las obras para piano del joven Schumann.Su música poética narra, entusiasma, divaga, triunfa retóricamente, se permite flashbacks así como prefiguraciones, recurre a exageraciones epigramáticas o a abreviaturas aforísticas y con bastante frecuencia (y es por primera vez en la historia de la música) rompe deliberadamente en fragmentos.
Stravinski creía en la encarnación del diablo, en el infierno (en el sentido literal y dantesco), en el purgatorio y en el paraíso;se persignaba incesantemente y santiguaba a los que le rodeaban.
Gluck y Berlioz tenían muchas cosas en común: no sólo fueron pioneros en el arte de la dirección de orquesta, sino que ambos tenían un carácter muy fuerte a la hora de ensayar sus respectivas obras, exigiendo de sus músicos una entrega absoluta a la vez que una musicalidad exquisita.