La batuta de Juanjo Mena planifica el abigarrado orgánico de 'Juana de Arco en la hoguera' con atención al más mínimo detalle, tanto de los elementos serios como los más prosaicos.Su entendimiento de estas obras ha permitido experimentar, hasta el éxtasis y la sublimación final de una tragedia que concluye plácida y armónicamente en un suspiro, esa sensación de auténtica poesía sonora de unos cánticos corales que envuelven a la mundanidad más vulgar y a la más devota espiritualidad del texto de Paul Claudel.
Por la producción de Moshinsky desfilaron celebridades como Jon Vickers, Plácido Domingo y José Carreras (Sansón) y Shirley Verret, Olga Borodina y Agnes Baltsa (Dalilah).Esta reposición de Richard Jones enfrentó estos recuerdos oponiendo a un elenco de similar altura y una dirección musical inigualable (con perdón de Colin Davis), hasta que alguien me demuestre lo contrario.
Alexandre Kantorow sobrevuela estos mundos pianísticos con fantástica maestría.Poderoso en Liszt, se apropia con éxito de las visiones extravagantes de Schumann, explorando con gran sutileza el nuevo mundo sonoro propuesto por Scriabin.
La parte escénica es una estupidez.No están mal los telones plásticos de colores, que en sí mismos son bonitos, ni las proyecciones de rectángulos coloridos entre los que predomina -vaya uno a saber por qué- la bandera italiana.
Igor Levit ofrece un pianismo total.Busca sobre todo la épica, la obra de gran tamaño.El desafío, como siempre, es extremo.En sus manos, la hora y 20 minutos de duración previstos (sin pausas), parecen transcurrir en solo 30 vueltas de la aguja del cronómetro.
Tras el colapso de la Unión Soviética, el Ártico fue un área política en la que la importancia internacional de Moscú no disminuyó.La presidencia del Consejo Ártico habría dado a Moscú la oportunidad de ampliar este papel y presentar al público mundial sus propios éxitos e inversiones en la investigación del Polo Norte.
¿Estará Europa bajo el agua si se rompe una presa en Valladolid?Sí, dice el líder del Partido Popular Europeo (PPE), el polaco Donald Tusk, porque una alianza de los conservadores con la extrema derecha por primera vez desde el final de la dictadura franquista no es la única ruptura del tabú.
Vovan y Lexus llevan años realizando bromas de este tipo, en las que incitan a personajes famosos (incluídos Bush, Gorbachov, Erdogan, Elton John, diversos políticos rusos, etc.) a hacer declaraciones comprometedoras, políticamente "incorrectas" o absurdas.
Es necesaria una contrastación entre la naturaleza biológica del hombre y las construcciones intelectuales, de otro modo las divagaciones abstractas de la música actual corren el riesgo de perderse en un desierto de esterilidad.
Cuando Adriana declama, la cantante entra en el melodrama del habla-conocimiento, un medio de demostrar emoción o desenfado, que aquí consigue un efecto especial por su duración y originalidad (el canto se convierte en un medio normal de comunicación, el habla sirve a la expresión artística).