Medio siglo de danza con una amplia diversidad de estilos, temática, historias y gestualidad fueron reunidos en esta maravillosa tarde por Volpi con una obra propia y sendas piezas de Pina Bausch, Hans van Manen y Justin Peck.
Coro y orquesta repitieron su excelente actuación.El teatro lleno de jóvenes era un espectáculo en sí mismo.Como hace bastante que no encuentro demasiado que alabar en la conducción del Liceu, está bien señalar algo positivo
Si Carsen exhibe siempre su ingenio esta vez es en las escenas cómicas o que terminan siendo tales donde destaca particularmente, y sobre todo en el derroche de imaginación en las escenas de amor no correspondido entre mujer madura y guerrero joven (que además es mujer).
No es que Zimerman subestime la energía, pero ésta permanece perfectamente canalizada, rechazando el exceso y el brillo virtuosos.A partir de ahí, la interioridad, los sueños y la emoción emergen con naturalidad.
Estamos ante unas sutiles piezas de cámara que, si son escuchadas con la debida atención y en dosis no excesivas, resultan muy placenteras.Desde luego requieren un estado de ánimo especial: como dice una de las canciones con letra de José Hierro, son 'música para soñar una tarde de invierno'
Firmada al alimón por Christian Hecq y Valérie Lesort, la puesta en escena tiene mucha intervención de marionetas.Pero para producir emociones con ellas se ha de ser inteligente.Y venir a propósito.Las marionetas de Lesort no cumplen ni con una ni con otra condición
'Acis y Galatea' funcionó espléndidamente gracias a un motor de gran eficiencia que fue el foso.El director Ricardo Bernardes es un sobresaliente musicólogo en su doble vertiente de filólogo e historiador, pero sobre todo es un gran músico y aún mejor director concertador.
La Filarmónica de Londres y Edward Gardner saben cómo luchar contra la defectuosa acústica del Royal Festival Hall londinense para lograr resultados capaces de hacernos olvidar en qué sala estábamos
'El gitano por amor' supone el primer resultado ostensible del proyecto Ópera Estudio de Málaga.Una iniciativa impulsada por el barítono Carlos Álvarez y el director de orquesta Carlos Aragón que, con el apoyo de diversas instituciones públicas y privadas, pretende fomentar el talento de jóvenes cantantes de ópera