He amado cada momento de este viaje hacia la música cubana.Me ha cambiado como músico y como persona: ¡me siento mucho más libre con mi instrumento y mi ritmo es mucho mejor!Personalmente también me encanta la pasión y el entusiasmo por las cosas que mis amigos cubanos muestran tan libremente, nos vendría bien más de eso aquí en Europa.
La idea de que el poder de EE.UU.crea seguridad internacional sigue profundamente arraigada en la élite política estadounidense y en las alianzas lideradas por EEUU, incluida la OTAN.Sin embargo, los tres pilares de la Pax Americana -el dominio militar de Estados Unidos, su apertura económica y los fundamentos liberal-democráticos de la política exterior estadounidense- llevan de hecho algún tiempo erosionándose.
Andrea Sanguineti hace música con gran fruición, una precisión asombrosa, pero sobre todo con soltura y gusto.No hay gestos estándar por ninguna parte.Pero sí un maravilloso oído.
Los personajes se movieron como estatuas sin alma, trabajaron correctamente, pero sin mayor entusiasmo y en general algo perdidos.Sin aristas también dirigió Robin Ticciati, un director de orquesta talentoso pero aún poco experimentado en Wagner, que interpretó “de corrido” sin esos sforzando, pausas, o diferenciación cromática requeridos para dar vida a esta partitura
Reviste vital importancia que las instituciones culturales, orquestas y auditorios, mantengan una estructura que evite la concentración de poder en una sola figura.
El concierto de clausura del Festival Internacional de Música y Danza de Granada fue motivo de polémica debido a la sorprendente decisión de retrasarlo una hora no sólo para evitar coincidir con la final del campeonato europeo de fútbol, sino además para que la misma pudiese ser disfrutada en el mismísimo Palacio de Carlos V con la consabida pantalla gigante y todos sus perejiles
Las tres compositoras de este disco se inspiraron en Beethoven no sólo musicalmente, sino también como modelo de compositor revolucionario, invirtiendo así los roles habituales: el hombre no es el creador y la mujer la musa, sino a la inversa, ellas quienes se inspiran en él
El verdadero protagonista de la ópera, ese múltiple, desfachatado, simpático y modernísimo Fígaro (interesado por el dinero, pero con su corazoncito) tuvo en Olivieri el protagonista que ya le vimos en Milán y Viena, aunque más desvergonzado, más divertido y divirtiéndose, y cantando con propiedad
A quienes creemos que la ópera es la conjunción entre teatro y música, aquello se nos hizo un suplicio;aunque hay que reconocer que la sala estaba casi llena, y que el público parecía regocijado.
Es más fácil, hoy en día, saber qué ópera fracasó en París en 1900 que saber a ciencia cierta qué tarareaban los parisinos en el mismo año.Y ello a pesar de los evidentes trasvases entre música llamada «culta» y música llamada «popular»