Un concierto debe verse siempre como un medio de comunicación indispensable, como un contacto vivo entre personas activas, ya sean oyentes o intérpretes.Un compositor siempre debe mirar hacia delante, buscar lo nuevo.
Por ahora esta 'Tetralogía' no parece muy interesante, pero no está mal, aunque ya se ha decretado que es la definitiva conversión de McVicar en un director sin ideas, tradicional y no sé si algo peor.
El profesor Rüdiger Görner resume en su libro el carácter inconformista, idiosincrásico y contradictorio de la personalidad de Bruckner, una de las figuras más conspicuas del paisaje urbano vienés de la época.
Este reconocimiento pone de relieve su interpretación de Parsifal en el Festival de Bayreuth, descrita por la publicación como “retórica y poéticamente impresionante”
Los personajes se movieron como estatuas sin alma, trabajaron correctamente, pero sin mayor entusiasmo y en general algo perdidos.Sin aristas también dirigió Robin Ticciati, un director de orquesta talentoso pero aún poco experimentado en Wagner, que interpretó “de corrido” sin esos sforzando, pausas, o diferenciación cromática requeridos para dar vida a esta partitura
La producción muestra la profunda tragedia del personaje principal, degradado a mera figura funcional en la psicosis de Senta.La tensión entre ambos se disuelve, la progresión de la trama se centra únicamente en la catástrofe psicológica que le espera a Senta a lo último.
Uno de los conciertos más esperados por el melómano parisino, no sólo porque 'Valquiria' es siempre bienvenida, sino porque Nézet-Séguin, hace dos años, ofreció una versión antológica de 'El oro del Rin', en este mismo Teatro de los Campos Eliseos