No se me ocurre una obra que describa con más acierto y sensibilidad cómo son la problemática del bullying y la condición del TDAH (trastorno de déficit de atención) con la sutilidad y el calibre psicológico como ha logrado María Pilar Balado con ¡Arturito, hijo, para un rato ya!
Es ya un clásico.Cuando una o un director de escena no tiene ni idea de qué hacer con una ópera, mete figurantes y bailarines por doquier.No falla.Cuanta más gente innecesaria sobre el escenario, menos hondura e inteligencia.
Destinada a Les Percussions de Strasbourg, Pléïades (1978) para seis percusionistas fue inmediatamente reconocida tras su estreno en 1979 como una obra maestra, más allá de su carácter de obra canónica de la escritura para percusiones.
Aribert Reimann ha desarrollado un lenguaje sonoro para la atmósfera austera e implacable del drama lorquiano, cargado de oscuros simbolismos, y estrechamente imbricado con el texto de La casa de Bernarda Alba
Entre los homenajes a Victoria de los Ángeles difícilmente vaya a haber otro recital como este de Degout.Porque no sólo fue sentido, sino que recuperó -salvo en el caso de Berg- autores e incluso canciones que figuraban en los programas de sus recitales.
A hipótese da emigração de Eulógio Gallego para a Havana explicaria a sua ausência na Hemeroteca a partir de 1905 e também a falta de referências às suas partituras que, à espera de novas informações, devemos considerar perdidas.
No podemos como autores, estar dispuestos a ganar algo más en nuestras regalías a costa de reducir la calidad en la escritura.Este camino es un maratón y no podemos prepararnos para cualquier sprint.
La coreografía de Robert North mantiene la atención del público en todo momento.La escena final, la ejecución por el pelotón de fusilamiento, y la caída de Mata Hari, es de una sensibilidad que solo North es capaz de entregar impecablemente a la platea.