El público aplaudió entusiasta, en parte tal vez por recompensar las penosas condiciones en que los intérpretes ucranianos han ensayado, todo hay que decirlo, porque eso también es meritorio.Y hubo constantemente dignidad.
Ligorio evita hábilmente el final un tanto simplón de cuento de hadas con el matrimonio y el perdón.Al final, Angelina no se dirige a su aristocrático amante, sino al guionista Alidoro.En última instancia, el final feliz queda abierto, el de Rossini aparece como una de las muchas posibilidades.
Roth transmite su pasión, y uno tiene la sensación de que cada instrumentista está poniendo sus tripas en la partitura como si nos desvelase sus más profundos secretos
En la partitura de Phryné, la sabiduría compositiva de Saint-Saëns se disfraza de aparente ligereza.Todo queda envuelto en una elegante ironía, y si la obligada influencia offenbachiana es patente en ciertos pasajes, nada queda de la acidez de las primeras operetas de Hervé y Offenbach.
Orlinski exhibió sus dotes de bailarín y sus conocidas habilidades para el breakdance junto a Desandre, con un auditorio enteramente conquistado ya en el dúo "Cheek to cheek" de Irving Berlin, en donde revivieron magníficamente con su canto y sus pasos de baile a Fred Astaire y Ginger Rogers.
Marshall no dio tregua con una interpretación vertiginosa, se escuchó absolutamente todo, porque todo estaba en su sitio;un sitio que no consiste en ver pasar las barras de los compases, sino en sortearlas unas veces por arriba, otras por abajo.
No es el príncipe quien elige a Cenicienta, sino Cenicienta al príncipe.La música abarca la composición original de Prokófiev, además del sonido de Les Baxter (Because of You/Unless, de 1951, y su versión del popular fado Abril en Portugal/Coimbra (1947), originalmente compuesto por Raul Ferrão y letra de Jose Galhardo).
Carles Santos tenía una máxima: “El público, aunque no tenga razón, siempre tiene razón.Hay que salir a por la gente.Intentar comunicar.Hoy en día hay tanta oferta, tanta información, que creer que sabes algo que no sabe el público es vanidad de vanidades”.
Hace tan sólo una semana, con motivo de nuestra reseña del soberbio disco de la flautista italiana Alessandra Rombolà para el sello Stradivarius (STR 37074), nos adentramos en la música del compositor madrileño José Luis Torá, desde cuya obra para flautín Kaspar Hauser Lied (1993) viajamos hasta Jeder für sich und Gott gegen alle (1974), la hipnótica película del realizador alemán Werner Herzog (Múnich, 1942) sobre el misterioso adolescente aparecido el 26 de mayo de 1828 en la ciudad de Núremberg...
Alguna vez cantaron allí los Minnesingers, en lo que hoy son las ruinas de la Rittersaal o sala de los caballeros del castillo llamado Aquileia.Está sobre un promontorio con un paisaje digno de Caspar Friedrich que domina de la ciudad sueva de Heidenheim, a orillas del Brenz.