¿Era Anton Bruckner un neurótico fetichista de los números con tendencias necrófilas?¿Un galán compulsivo que perseguía a chicas de 17 años y las metía en situaciones embarazosas?¿Un fanático adorador y casto penitente?
El Dr Laczika se basa en los recuerdos de los médicos de Bruckner, especialmente del Dr Richard Heller, en informes contemporáneos y en material del Instituto de Historia de la Medicina de la Universidad de Viena.
Bajo la égida de Fritz Kircher, quien toca con gran virtuosismo un Camillo Camilli de 1742, el grupo Die SchlossCapelle no se limita a los estilos históricos de interpretación anteriores al siglo XVIII, sino que abarca desde el Renacimiento hasta nuestros días, Haydn y Mozart incluidos.
Demis Volpi logra desde el primer instante en Surrogate cities la furiosa radiografía de una urbe que, como la de su Buenos Aires natal (y no solo ella), busca infructuosamente terapiar su alma y encontrarse consigo misma.
Con motivo de celebrarse el 1300º aniversario de la abadía benedictina de la isla de Reichenau, en el lago de Constanza, la Dra Kinkel ha coeditado una recopilación de relatos titulada Reichenau, Insel der Geheimnisse (Reichenau, isla de los secretos), publicada por la editorial Bonifatius, de Paderborn.
Bajo la precisa égida de Cristian Măcelaru, la WDR Sinfonieorchester, Christiane Karg y Andrè Schuen, el Conjunto vocal de la NDR y el Coro de la Radio WDR ofrecieron una extraordinaria interpretación del Réquiem alemán superando con creces el reto de esta obra maestra.
Albertina no solo posee una de las colecciones de pintura modernista clásica más importantes y de mayor calibre de Europa, sino que presenta sus obras de forma sobresaliente y ordenada al público, por lo que resulta un gran placer contemplarla largamente y en calma una y otra vez.
¿Qué eran los hombres para mí?Novelas -solo leídas fugazmente- cantan las mujeres del coro.El papel de los hombres en el Savoy es a todas luces secundario.
Con su visión rica en fuentes de las prácticas museísticas, expositivas y editoriales entre 1933 y 1945, Isgard Kracht expone mecanismos y mitos de la política artística nazi y vuelve a contar la historia de la veneración y el ostracismo del expresionismo en el "Tercer Reich".