Kosky no tiene piedad (correctamente porque no la tienen ni Haendel ni Grimani) y en el momento final se permite una pirueta estremecedora: Agripina consigue lo que desea, pero al precio de la soledad y seguramente la desconfianza y el desprecio de los demás.
Con un aforo lleno hasta la bandera, y ya liberados de la obligación de mascarilla, los espectadores del coliseo de la Plaza de Oriente pudieron asistir a las grandes facultades canoras de este ejercitante del break dance que hace furor en las redes sociales con sus aires juveniles a lo Justin Bieber
¡Benditos Bonus!En algunos casos, el bonus iguala en minutaje al disco original.Lo que se ofrece en ellos acostumbra a ser fragmentos de otros discos Decca, ya sean óperas completas o recitales.Algunos bonus son incluso anteriores en el tiempo.
De la colocación de los cantantes cerca del proscenio, del tamaño reducido de la orquesta y de la cuidada concertación de Marcon se benefició el canto y el público, que reconoció una vez más con cariño y admiración la tarea de los instrumentistas y del director.
Bienvenida sea Mitchell por presentar una Theodora combativa, antes que sumisa al sufrimiento, una verdadera guerrillera empeñada en protestar y resistir hasta un final que en un giro contra la narrativa de Händel y su libretista, la consagrarán como triunfadora en esta tierra y no en el cielo
A diversas niñas y niños les pareció un bonito gesto el que la ovejita no quisiera otro nombre para ella;a otros les encantó la música;y a otros más que la obra concluyera llevándose todos bien.Pero, lo más importante, es que todos quisieran venir nuevamente al teatro
La querencia por el dominio en la claridad y en la lógica estructural tuvo una verdadera prueba de fuego en la partitura que cerraba el programa, el siempre fresco y disfrutable Concierto para violonchelo y orquesta Nº1 en do mayor de Franz Joseph Haydn en el que a Zacharias le salió un solista de lo más original y desenfadado, el violonchelista Pieter Wispelwey.
Si la identificación de la música romántica y la emoción nos parece obvia, al igual que a los artistas y al público del siglo XIX, resulta desconcertante que tan pocos pensadores contemporáneos estuvieran de acuerdo o la aprobaran.
Galas y conciertos retransmitidos en directo, acceso gratuito a los espectáculos a través diversas plataformas o actividades con estudiantes son algunas de las actividades.
Sin proponerse destronar a su mentor, Alfred Brendel, Piemontesi se impone por el contrario por su sencillez y por una voluntad evidente de ir a la esencia del pensamiento del compositor, lo que hace que su arte en la ofrenda de estas Sonatas sea indispensable y bienvenido.