Cristian Măcelaru, a estas alturas un mahleriano consumado, dirige magníficamente esta versión al comienzo de la nueva temporada, tras cerrar la anterior con la Sinfonía nº 1 de Gustav Mahler.
Hay obras musicales que casi no precisan escenografías para despertar al instante la imaginación de los espectadores, como demuestra Manuel Schmitt en su producción de Salomé.
Treviño tiende a trabajar Mahler con mucha potencia de sonido.Fiel a su estilo, propuso una 'Tercera' apasionada, impactante, con unas dinámicas intensas, rebosante de fuerza y, en el último movimiento, asertiva y emocionante (y algo ensordecedora)
Admiré el sólido sinfonismo de Gardner, quien sugiere un Mahler bien engarzado en la narrativa general.Tal vez sonó como Beethoven, sin ambiciones de profecías o revoluciones hacia el futuro, pero por eso mismo decantado como nunca en una tradición que él supo absorber mejor que nadie.
Pareciera como si la yuxtaposición de un solo instrumento pequeño y un gran colectivo sinfónico constituyera un símbolo del individuo a merced de la vida y la naturaleza en el espacio.
La fase final del Premio Alemán de Dirección de Orquesta se desarrollará del 30 de septiembre al 7 de octubre de 2023 en Colonia.Entre los doce finalistas figuran cuatro latinoamericanos: Carlos Agreda (Colombia), Luis Castillo-Briceño (Costa Rica), Anna Castro Grinstein (Argentina/España), y Dayner Tafur-Díaz (Perú)
En manos de Bronfman todo parece natural, la belleza de la música de Schumann es una evidencia.Es hermoso porque es hermoso, sin añadirle afeites ni azúcares.Jurowski lo mima, siempre atento al equilibrio entre solista y orquesta.
¡Qué Mahler este, gracias a una interpretación visceral y no preocupada por proclamar pomposidades o grandilocuencias, sino más bien por abrir las texturas y los rubatos casi imperceptibles de una sensibilidad tan terrena y a la vez tan trascendental!
Mehta tiene la 'Segunda sinfonía' de Mahler en la cabeza y en el corazón, no necesita recordatorios, y su renuncia a la partitura y la retirada del atril -ya dirige sentado- le dieron mayor visibilidad y espacio para moverse.
Fischer es probablemente el único maestro “tirano” de la actualidad mientras que el Concertgebouw tiene fama de ogro con cualquier batuta que se le ponga enfrente.