'Acis y Galatea' funcionó espléndidamente gracias a un motor de gran eficiencia que fue el foso.El director Ricardo Bernardes es un sobresaliente musicólogo en su doble vertiente de filólogo e historiador, pero sobre todo es un gran músico y aún mejor director concertador.
A quienes creemos que la ópera es la conjunción entre teatro y música, aquello se nos hizo un suplicio;aunque hay que reconocer que la sala estaba casi llena, y que el público parecía regocijado.
Christie al frente de su ejército orquestal y coral de Les Arts Florissants, se vuelve a erigir como una maquinaria perfecta entre el foso y los cantantes, un reloj suizo que hace revivir con precisión de cirujano el drama griego con los ojos de París, por medio de una interpretación musical impecable
Seis bailarines acompañan y secundan en el escenario a los protagonistas.Movimientos que no empañan de ningún modo la labor de los cantantes y que es invocado según las exigencias dramatúrgicas como complemento de una trama ciertamente estática.
Aún con esa ligera fragilidad que por momentos lo hace más conmovedor, Fagioli volvió a demostrar su total dominio de las agilidades, sus graves carnosos, su muy buen fraseo y su alta capacidad de emoción