Si la puesta en escena de Desoubeaux hubiera ayudado un poco, podría haber sido una estupenda representación.Pero como sucede bastante a menudo, la puesta en escena está hecha sin tener en cuenta la obra, ni el libreto ni la música
El Palazzetto Bru-Zane, pilar en la recuperación de las músicas del XIX francés, se ha planteado recuperar las puestas en escena de la creación de las óperas tal y como se hace con la música.
No es fácil dar diversidad para un público actual a unas obras como la 'Water music' o 'Music for the Royal Firework' pensadas para ser escuchadas a trozos y desde lejos
Acertadamente, Bolton hace sonar el tercer movimiento como una música Biedermeier, recordándonos que la 'Coral' fue un encargo de la Philharmonic Society of London y que Beethoven tuvo muy presente lo que conocía sobre las modas musicales londinenses
En 'El Mesías' son los coros quienes han de brillar.No es el caso: la corrección está, pero no la brillantez, ni la variedad.El coro simplemente cumple.
La primera mitad del recital fue dedicada a una selección de motetes para cinco voces de las “Sacreae Cantiones”, Libro primero (1603);y la segunda a una recopilación de motetes para seis y siete voces del Libro segundo de la misma colección.
Lo que comienza como un fantástico cuento de hadas y una historia de aventuras se convierte en un juego psicológico entre gato y ratón.Lo que está sobre el tapete es real: celos, confusión emocional, miedos, ansiedades, dudas y muchas amargas acciones.
'David et Jonathas' de Charpentier es una ópera de voces que sepan desplegar y transmitir al público la amplia gama de afectos a la italiana, pero con la particularidad del genuino recitado francés, manejando para ello a la perfección la prosodia francesa
'Acis y Galatea' funcionó espléndidamente gracias a un motor de gran eficiencia que fue el foso.El director Ricardo Bernardes es un sobresaliente musicólogo en su doble vertiente de filólogo e historiador, pero sobre todo es un gran músico y aún mejor director concertador.