Quizá se le puede pedir a Beczala un poco más de variedad expresiva en el fraseo, pero su canto legato, su squillo y su brillantez en la zona superior bastan por sí solas para arrebatar al público.
Aunque el libreto es bastante débil y desperdicia oportunidades de caracterización o profundización de personajes, la música es una maravilla del principio de la obertura hasta la escena final.El público comprendió la importancia del estreno de esta ópera y aplaudió con evidente satisfacción.
Dos mitos, uno griego (Medea según la tragedia de Eurípides) y otro medieval (Orlando furioso según el poema de Ariosto) presiden temáticamente la 2023-2024 del recinto madrileño.
Beczala fue recibido con ovaciones prolongadas que continuaron en ambas partes y un ‘jubileo’ final que lo obligó a tres bises.Hay que destacar que el concierto tuvo lugar entre dos de las tres representaciones que ofreció de 'Lohengrin' en la misma sala.
Beczala se ha ganado a pulso el aplauso que lo recibió, los que siguieron y los absolutamente apasionados del final.Esta historia de amor que esperemos que dure proviene de un trabajo continuo desde su debut en 'Faust' pasando por conciertos aquí y en el Palau de la Música hasta llegar a la 'Luisa Miller' de 2018 por la que público y crítica lo juzgaron mejor cantante masculino de la temporada.
Indudablemente los dos cantantes se cuentan entre los favoritos del público, y lo que es más importante es que se lo han ganado en buena ley a base de dar lo mejor de sí en una profesión que aman.Hablaron al comenzar y al cerrar la función, la soprano visiblemente emocionada, Beczala siempre medido, para agradecer el honor de la inauguración, la presencia y el calor del público y tuvieron palabras -en la conferencia de prensa precedente- para los colegas que no están pasando por un buen momento económico y para la incertidumbre que se cierne sobre todos los artistas y hasta los teatros
En el podio la presencia de Borowicz asegura una lectura idiomática, bella, profunda, matizada, nunca invasiva pero siempre presente, y la orquesta y el coro suenan estupendamente bien, aunque este último, tan célebre, tal vez por problemas lingüísticos al principio mostró oscilaciones.
Veracini destacó particularmente como virtuoso del violín antes que como compositor lírico.Sobre el circularon mil historias en vida, algunas ciertas y otras que contribuían a engrandecer el mito.Con fama de haber pactado con el diablo, desembarcó en Londres en 1733 y pronto fue indispensable contar con él en todo concierto que se preciara.
La solidez musical de Halka queda expuesta ya desde una obertura desarrollada, en la que se aprecia una instrumentación rica, densa y brillante.De la misma manera, el uso del coro, que siempre tiene un papel principal en la producción del polaco, un nacionalista que da voz al pueblo, es variado.