El veterano conjunto Amores, Grup de percussió ofreció un breve y equilibrado concierto con dos sólidas obras de veinte minutos separadas entre sí por una insulsa miniatura de cinco minutos de Joan Gómez Alemany que quebró la intención declarada de configurar un intenso programa de denuncia del pensamiento único.
La aparente simplicidad de 'Songs of Wars I have seen' es una veladura que no oculta la complejidad conceptual, retórica y textural de una obra emocionalmente intensa, cuya ejecución implica serias dificultades interpretativas.
Demis Volpi logra desde el primer instante en Surrogate cities la furiosa radiografía de una urbe que, como la de su Buenos Aires natal (y no solo ella), busca infructuosamente terapiar su alma y encontrarse consigo misma.
En esta velada, Demis Volpi Volpi se embarca en la búsqueda del mito de Truman Capote, quien escribió sus primeras novelas basadas en hechos reales en el decenio de 1960.Aquí la cuestión está muy clara: ¿dónde está el límite entre la realidad y la interpretación artística?
Volpi ambienta la historia en un teatro, durante los ensayos del ballet Giselle, centrándose en el encuentro de Giselle y Bathilde, quienes experimentan algo nuevo, jamás vivido antes: una familiaridad, una atracción, un contacto profundo y cálido.
«A House of Call;My Imaginary Notebook» de Heiner Goebbels es una oración secular que se convierte en un réquiem por los movimientos ascendentes y de ruptura de la música centroeuropea de los últimos 50 años.
La función fundamental de la narración en la generación de la conciencia cultural queda bien ilustrada por los primeros relatos centrados en la historia de la música o la comprensión de la misma.No se trata tanto de que la historia se explique como un contexto sistemáticamente comprensible -sea, por ejemplo, como desarrollo, sea como progreso, sea como decadencia- sino de que se cuenten historias: entre otras, sobre personas y sus acciones, acontecimientos, composiciones y su destino.
Las sociedades modernas caen en la barbarie, no por la decadencia del arte, sino por su manipulación para uso político y propagandístico.Si queremos contribuir a la cohesión social a través del arte, no podemos enrocarnos en nuestra torre de marfil y pedir a gritos que nos den de comer, sino que tenemos que encontrar maneras de hacernos comunicables sin perder un ápice de rigor y agudeza y, sobre todo, sin perder la independencia de criterio.
A pesar de que hay un amplio consenso en el entendido de que la música es importante, pocos están conscientes de que detrás de ella hay una ciencia, la pedagogía musical, que se cuestiona ella misma sobre su contenido y su práctica.