La velada ofreció un amplio espectro de la historia de la música británica, tanto en lo orquestal, vocal como escénico.Bajo la precisa dirección de Killian Farrell se consiguió que lo contemporáneo de orientación clásica tuviera tanto enganche como lo barroco de vanguardia.

La primera mitad del recital fue dedicada a una selección de motetes para cinco voces de las “Sacreae Cantiones”, Libro primero (1603);y la segunda a una recopilación de motetes para seis y siete voces del Libro segundo de la misma colección.

El trabajo de Pizzi fue un bálsamo de claridad cuya filosofía él mismo comenta: no se trata de violentar una obra con confrontaciones, sino de resaltar su valor con una visualización que no debe necesitar explicaciones para que el público comprenda su significado

'David et Jonathas' de Charpentier es una ópera de voces que sepan desplegar y transmitir al público la amplia gama de afectos a la italiana, pero con la particularidad del genuino recitado francés, manejando para ello a la perfección la prosodia francesa

Este Dido y Eneas siguió una premisa fundamental, a saber, la de evitar sacarnos fuera del teatro con videos, o trucos interactivos de ordenador, para hacer que todo transcurra dentro, sobre las tablas del escenario.

Christie al frente de su ejército orquestal y coral de Les Arts Florissants, se vuelve a erigir como una maquinaria perfecta entre el foso y los cantantes, un reloj suizo que hace revivir con precisión de cirujano el drama griego con los ojos de París, por medio de una interpretación musical impecable

Nos hallamos ante una serie de piezas de encaje, y si no se presentan con todo el cuidado, acaban los encajes por parecernos todos iguales

Aparte de algunas licencias para hacer más histriónico el concierto, fue una velada bien equilibrada en cuanto a música y repertorio, con un programa muy bien escogido -Jefté y Dido y Eneas- y dos obras similares en atmósfera y cariz emocional.