La recepción contemporánea de la música suele tomar como medio el acontecimiento acústico performativo pero Bruckner, en la época de su aprendizaje musical, no accedió tanto a la música más nueva a través de la audición, sino sobre todo por medio de la lectura de las partituras.
La imagen del Bruckner piadoso tiene su reverso.Su piedad solo surgió como algo extraordinario en la segunda mitad de su vida, es decir, en contraste con la metrópoli secular y liberal de Viena.