Es ya un clásico.Cuando una o un director de escena no tiene ni idea de qué hacer con una ópera, mete figurantes y bailarines por doquier.No falla.Cuanta más gente innecesaria sobre el escenario, menos hondura e inteligencia.
'Armide' de Gluck consigue desmarcarse de la obra de Lully sin traicionar el libreto de Quinault.Porque todas las inflexiones, todos los sentimientos de los distintos personajes, todas las situaciones, están reflejadas musicalmente con una paleta nueva para la época, que sigue emocionando hoy
Según afirman muchos historiadores de la construcción y del arte, en la Edad Media se realizaron dibujos arquitectónicos para la planificación de iglesias románicas y góticas.
Christie es un milagro de juventud.Como es inglés se mantiene erguido y ligeramente flemático aunque no puede evitar aprobar, reaccionar y de alguna forma interactuar con sus intérpretes, su coro y su orquesta.
Although many of the images in this Walküre may have drawn on conceptual threads from Mr Herheim’s yet-unseen Rheingold, the staging stood admirably on its own.Regardless of whether or not the suitcases were the continuation of an element from Rheingold, they did an excellent job of mirroring the sense of desperate flight that pervades the opera: Siegmund from his pursuers, Siegmund and Sieglinde from Hunding, Brünnhilde from Wotan, Wotan from Fricka and the inevitability of his End.
Minkowski sabe aunar en su batuta elegancia y ligereza, tradición y modernidad.El brío, la brillantez y el ritmo espumoso nos recuerdan en cada compás por qué Offenbach fue el compositor preferido del Segundo Imperio Francés.
Antonio Salieri: Tarare, ópera en cinco actos con libreto de Pierre-Augustin Caron de Beaumarché (1787).Cyrille Dubois (Tarare), Karine Deshayes (Astasie), Jean-Sébastien Bou (Atar), Judith van Wanroij (La Nature/Spinette), Enguerrand de Hys (Calpigi), Tassis Christoyannis (Arthénée/Le Génie du feu), Jerôme Boutiller (Urson/un esclave/un prêtre), Philippe Nicolas Martin (Altamort/un paysan/un eunuque), Marine Lafdal-Franc (Élamir), Danaé Monnié (une bergère sensible/L’ombre).
Por suerte esta vez se pensó bien en el reparto, y salvo algún problema de proyección del bajo Bertin-Hugault, los demás respondieron a lo que se les pedía.Desde los anecdóticos ‘campesinos felices’ de Doray y de Hys (que asimismo cubrió el papel del guardián nocturno), que tienen sus notas difíciles, pasando por el excelente bajo Teitgen (El ermitaño), la buena mezzo Lebègue (la monja en cuestión;
Santa Fe Opera.Mozart: La Finta Giardiniera.Tim Albery, director.Cast: Heidi Stober (Sandrina), Susanna Phillips (Arminda), Laura Tatulescu (Serpetta), Cecelia Hall (Ramiro), Joel Prieto (Count Belfiore), William Burden (Podestà), and Joshua Hopkins (Nardo).
The Royal Opera House’s current season has been marketed as a celebratory Olympic event, with a series of operatic cycles cunningly planned to time with the festivities this summer.In practise, however, the season has been marked by a series of cost-saving revivals of popular titles and some disappointingly high-profile cancellations - most painfully, by Anja Harteros, who has already withdrawn from two roles this year.