Stanislas de Barbeyrac fue un magnífico don José.Barbeyrac, que empezó su carrera abordando el repertorio barroco y clásico, de un tiempo a estar parte viene trabajando para abordar roles bastante más pesados, de tenor dramático.
La escena del jardín tiene lugar ...en un hueco de la escalera.Bueno, en un momento baja una tela translúcida y se ve la silueta de Julieta, pero luego la tela se va y volvemos al hueco de la escalera, pero antes ha aparecido gente por todas partes en la escalera que se han vuelto a ir (y aunque andaban buscando a Romeo no lo han visto porque deben de estar ciegos).
¿Sabes lo que podríamos hacer ?Aprovechando que el 27 de enero es el aniversario de Mozart, montamos un concierto familiar, para que las familias vengan con los niños.Ah, el 27 de enero este año cae en sábado.
Y después de una primera parte de obras amables -¿demasiado amables ?- llegamos a una segunda con dos obrones.Porque el 'Pie Jesu' de Lili Boulanger, a pesar de sus dimensiones modestas es sin ningún género de dudas una obra maestra donde las haya, no sólo muy personal, sino sobre todo de tremenda intensidad
Estrenada en 1786 en el palacio de Fontainebleau tuvo como protagonista a Madame Saint-Huberty, estrella absoluta de la Ópera de París, en la cumbre de su poderío lírico y dramático.Voz híbrida, aparentemente más mezzo que soprano, había estrenado obras de Gossec, Piccinni, Sacchini, Salieri y el propio Lemoyne (Elèctre), pero sin duda "Phèdre" fue recordada como una de sus grandes creaciones.
Maître Péronilla es fundamentalmente una composición coral (¡nada menos que veinticinco personajes!), en la que los protagonismos individuales se diluyen en un ritmo frenético y un desarrollo veloz, favorecido sin duda por la brevedad de los números musicales y de los diálogos, grabados íntegros, lo que realiza la teatralidad de la composición.
‘Lo que me importa es volver a ver a la dama blanca’.Esto dice el protagonista, Georges Brown, en el tercer y último acto de la obra más famosa de Boieldieu, el compositor que da nombre a la plaza en la cual se eleva hoy el maravilloso edificio de la Opéra Comique.
La geopolítica de la Belle Époque explica Le Tribut de Zamora, cuya base argumental parte de la leyenda del Tributo de las cien doncellas.La trama comienza en Oviedo en el primer acto, para desarrollarse en la Córdoba califal en los tres siguientes, lo que permite desplegar una gran gama de recursos músico-dramáticos dignos de los colossal cinematográficos de Cecil B.
Por suerte esta vez se pensó bien en el reparto, y salvo algún problema de proyección del bajo Bertin-Hugault, los demás respondieron a lo que se les pedía.Desde los anecdóticos ‘campesinos felices’ de Doray y de Hys (que asimismo cubrió el papel del guardián nocturno), que tienen sus notas difíciles, pasando por el excelente bajo Teitgen (El ermitaño), la buena mezzo Lebègue (la monja en cuestión;