La práctica artística del Gropius Quartett no se basa en absoluto en una simple aritmética, sino en un acuerdo empático sobre el conjunto y en la escucha paciente del otro en cada detalle.
Formado por cuatro músicos de amplia trayectoria internacional como solistas y músicos de cámara, e inspirados por el ejemplo de Walter Gropius y por sus maestros Yehudi Menuhin y Mstislav Rostropovich, el Gropius Quartett ha recibido el elogio unánime de la crítica especializada desde su concierto-debut en el Nationaltheater de Weimar en el año 2018.
Rathkolb examina las impresiones de Carl Orff entre 1923 y 1933 para situarlas en el contexto del período posterior a 1933.Otros temas son el de la observación política de que fue objeto el compositor a causa de su éxito musical, así como su proceso de desnazificación con los correspondientes protocolos de los interrogatorios a los que fue sometido, incluidos los que se consideran perdidos.
Nos propusimos grabar repertorio que pudiera interpretarse en un concierto con presencia de público.Un concierto tiene una forma natural: una obertura al principio, una pieza con solista, algo parecido a una sinfonía, una pieza llamativa para el final del concierto y un bis...
No hubo una hora cero.Eso es un invento de algunos historiadores.Todo siguió como antes, solo que con un camuflaje más o menos pronunciado.Un buen ejemplo es la mentira de Karajan sobre su adhesión al partido nacionalsocialista.
¿Puede imaginarse el lector a miembros del gobierno o los mejores comentaristas políticos españoles y franceses discutiendo sobre si es necesaria una advertencia antes de representar el drama íntimo de Felipe II e Isabel de Valois en el 'Don Carlos' de Schiller?
El hecho de que su música no fuera censurada ni rechazada por el régimen nazi, sino más bien apreciada, también quedaría en evidencia con la inclusión de su nombre en la llamada Gottbegnadeten–Liste (Lista de los dotados con la gracia de Dios) elaborada por el tenebroso ministro de Propaganda de Hitler, Joseph Goebbels en 1944.
La sencilla historia gira en torno a la figura de un maestro-compositor de segunda fila que, integrado en la estructura rígida del cuarteto de cuerda, pretende buscar fortuna componiendo alguna pieza de impacto para poder obtener el codiciado título de Maestrissimo.
En una nota para The Guardian Simon Jenkins relativizó la importancia de los monumentos en la vía pública al aludirlos como objetos inevitablemente expuestos ante quienes no tienen otra alternativa que protestar sus frustraciones en la calle.
Es la soprano y no la mezzo la que, de acuerdo con su carácter virginal y la pureza de su cristianismo primitivo, tiene asignada una línea vocal más sobria, lo que no quiere decir que sea, en absoluto, menos expresiva.