Carneiro es una directora competente, meticulosa, sensible y comunicativa, que consiguió una interpretación detallista, equilibrada y de gran belleza sonora, prueba de unos ensayos bien planificados y orientados al objetivo de crear un óptimo envolvente sonoro a las quince estaciones de La Pasión de Simone.
'El cuento de la criada' es un atractivo pastiche de estilo musical indefinido, con líneas de canto que recuerdan desde Alban Berg a Benjamin Britten, alusiones jazzísticas y eficaces variaciones paródicas de ese 'Amazing grace' que tan bien define esa religiosidad estilo USA tan plagada de inquietantes fundamentalismos
Mientras el primer movimiento sostuvo -a duras penas- su discurso, el segundo pareció más un problema de álgebra que un diablillo haciendo travesuras;el maravilloso Adagio terminó durmiéndose;y el aún más maravilloso Finale se quedó con los pies en la tierra, cuando se supone que debe sonar flotando en una nube
Bajo la batuta: creo que ahí radicó el problema con la Primera Sinfonía de Beethoven.La costumbre de Carneiro es la de estar encima de todo continuamente, moviéndose mucho, no sólo para dar entradas sino para dirigir de principio a fin todas las frases de cualquier solista o sección de la orquesta;
El trabajo que hizo Joana Carneiro fue lo bastante demostrativo de que la Real Filharmonía de Galicia, cuando está en buenas manos, es capaz de tocar con el nivel de excelencia que se espera de ella: sonido grande, limpio y empastado.
Los Three Latin-American Sketches de Aaron Copland son unos esbozos para pequeña orquesta con un sutil elemento rítmico y un aún más sutil trasfondo folclórico.Ni uno ni otro se le escaparon a Carneiro y la Real Filharmonía, en una interpretación mimada y brillante que cerraba un programa muy bien pensado, y un concierto de los que renuevan la esperanza en el futuro de la orquesta.
Los efectos sonoros de las maderas llegaron con intencionalidad y con un impulso integrador respecto a la parte solista, a la que la OSCYL arropó magníficamente para auparla a un lugar desde el cual Wisniewska Zabek apareció como una artista rigurosa, en perfecta sintonía con los presupuestos de Joana Carneiro.
"Su importancia artística, originalidad y contribución al avance de la música desde la segunda mitad del siglo XX se aprecia con claridad en sus partituras para voz, solista, orquesta y en sus óperas”, destaca el acta.