El toque de Rachlin fue técnicamente impecable, pero fue su originalidad musical lo que hizo que este concierto en una de las salas de mejor acústica de Alemania, fuera tan especial.El reto dotó a la interpretación de una tensión adicional.
El Swan Ensemble es un ejemplo más de la fuga de talentos que padece nuestro panorama musical.Formados en Vila-seca, los hermanos Morell se afincaron en Londres, sede del Swan Ensemble, donde desarrollan su actividad concertística
Rara vez una interpretación de la Cuarta Sinfonía de Brahms llega a la platea de forma tan violenta como la maravillosa experiencia que se ha vivido aquí.
Alice Sara Ott saca el máximo partido de estas piezas, afortunadamente sin tratar de aderezar la pegadiza naturalidad de la música con excentricidad.Los colores de las piezas están pintados con un delicado esmalte.
Capuçon interpreta una selección de sus obras favoritas de Strauss, rindiéndole homenaje a su innovador mundo sonoro del Romanticismo tardío y a sus composiciones de cámara.
El 'Concierto para violín' de Chaikovski fue interpretado por Julia Fischer de forma fresca, cautivadora y enérgica, con una amplia paleta de colores y fantástica técnica.La interacción con la Royal Philharmonic Orchestra, conducida con extrema precisión por Petrenko, fue también orgánica y camerística
Los Nocturnos de Fauré ya no rinden homenaje a la noche romántica o al Bel canto de Bellini.Estas piezas líricas evocan la comunión secreta entre el Hombre y las cosas invisibles.
Lucienne Renaudin Vary no tiene la menor duda, ella tiene que tocar descalza para que las plantas de sus pies apoyadas directamente sobre el suelo del escenario sientan la música que resuena a su alrededor.