‘Morgen’ de Strauss fue tan superior que se cortaba el silencio en la sala y al final, sólo después de un momento que parecía interminable, estalló el merecido aplauso
El programa reflejó la doble condición de cantante de ópera y de cámara de Victoria de los Ángeles, y siguió un hilo conductor biográfico desde sus primeros años hasta el regreso al Liceu tras un cuarto de siglo de ausencia más un colofón final.
Fue durante el exigente 'Diario de un desaparecido' de Janáček cuando el tenor Nicky Spence mostró todo su potencial como solista a nivel internacional.Su voz sonó compacta, apasionada, resistente y sin ápice de cansancio durante los casi 40 minutos que dura todo el ciclo.
Catriona Morison empezó con el op 48 de Grieg, estableciendo ya algunas características vocales e interpretativas: si el centro y el agudo en forte es claramente de mezzo, el grave es velado, hueco y escaso, y las medias voces y notas filadas son más de soprano
'Winterreise' es –cada vez más, a lo mejor porque se aproxima el invierno o porque el camino ya es muy largo para algunos- estremecedora en su perfección y aparente sencillez
El papel más ‘bonito’ y ‘sensual’ es el de la mujer, una gitana y por lo tanto nómada, sinónimo de naturaleza y libertad, que termina por lograr que Janík el campesino abandone su mundo familiar y sus costumbres para seguir su destino
El Festival LIFE Victoria nos ha enviado una nota de prensa en la que informan que este festival no se cancela, pero -como se ha hecho con el Año Beethoven- se prolonga, de modo que "La invitación al viaje", que era el lema para el 2020, continuará en el año 2021 con "Los viajes del alma"
Von Stade dio una masterclass en el Museo de la Música, y ahí se detuvieron todos los relojes.No sólo se trataba de las indicaciones y del aliento permanente a los jóvenes cantantes, sino de su expresión al seguir ya fuera la entrada de Urbain en 'Les huguenots', el aria de la carta de Charlotte en 'Werther', o el rondó final de 'La Cenerentola' con una memoria fabulosa para el texto y una expresividad para la que sólo hacía falta el pequeño movimiento de una mano o incluso un dedo.
La que quizá haya sido la velada más arrebatadora de todas hasta el momento de escribir estas líneas fue la que vio el debut en España del extraordinario barítono francés Stéphane Degout acompañado por un joven y algo enfático Cédric Tiberghien al piano.