Sus semblantes, aunque blancos como la nieve, son juvenilmente hermosos, ríen tan inquietantemente alegres, tan inquietantemente amables, asienten tan misteriosamente lujuriosos, tan prometedores, estas bacantes muertas son irresistibles.
Después de conquistar el corazón del público alemán hace unos 15 años con veladas temáticas como La vie en rose, una declaración de amor a la chanson francesa, y la danza de homenaje a Queen, Ben Van Cauwenbergh creó Rock around Barock, una velada de ballet ideada durante su estancia en Wiesbaden en 1995, junto con la banda de rock Mallet.
En versiones clásicas de El lago de los cisnes hay diversas variantes del desenlace: el príncipe Sigfrido o el cisne blanco mueren, o ambos mueren, o ambos son felices juntos.En la concepción de Van Cauwenbergh, Sigfrido vive su romance con el cisne en un sueño y toda la puesta es onírica.
Van Cauwenbergh y el Aalto Ballett Essen llevarán en enero de 2022 al Teatro de la Maestranza de Sevilla su aclamada versión de El lago de los cisnes .En este ballet en cuatro actos que Ben Van Cauwenbergh coreografió siguiendo a Marius Petipa (en el bicentenario de su nacimiento) y Lev I.
Le jeune homme et la mort es el fruto de una colaboración única de Roland Petit para la coreografía, Jean Babilée para la danza y Jean Cocteau para el libreto.Ese encuentro cumbre de creadores singulares, la coreografía a medida de cada uno de los intérpretes y el uso revolucionario de la música consiguieron una obra muy particular, poderosa e innovadora.
Una niñita muy monina recibe de regalo un cascanueces en la Nochebuena y se sumerge en sueños en un mundo fantástico.Pero la versión de Ben van Cauwenbergh, a diferencia de las más tradicionales, es liberada de las ataduras del bello cuento de Navidad para ganar decididamente en fuerza y lozanía.
Lo que hace Cauwenbergh es desempolvar literalmente la versión original de Marius Petipa y volverla a sazonar con gran acierto para entregarnos una pieza moderna que parece sacada de aquellas obras que nos encantaban en nuestra infancia.
La atractiva e interesante puesta de Cranko (segunda versión, de 1967, que fuera coprotagonizada en su momento por la legendaria bailarina brasileña, hoy coreógrafa, Marcia Haydéee) es sobria, pero impresiona por sus amplios espacios y por sus colores que emulan el ciclo de vida de una rosa, desde el blanco de la pureza e inocencia hasta el rojo oscuro del marchitamiento.
Uno de los momentos culminantes fue el de la extraordinaria interpretación de la bailarina gala Adeline Pastor con temas de Piaf y propios al estilo de la cantante francesa, la más célebre del siglo XX en su género.
Aalto Theater Essen.Aalto Ballett Essen.Moving Colours, de Armen Hakobyan y Denis Untila, con música de Dirk Haubrich.Escenografía, diseño de iluminación y concepción visual Yoko Seyama.Vestuario Rosa Ana Chanzá Hernández.