La efectista historia que relata North comienza con el funeral del compositor en 1827, al que habrían acudido alrededor de 20.000 personas, según se dice.De pronto, Beethoven aparece ante el público: “No hay amigos“, espeta.
La materia de la que están hechos los sueños, como afirma Shakespeare, capta la esencia de las coreografías de Robert North.Las fuerzas mágicas, las criaturas fantasmales y la naturaleza influyen en el mundo humano;
Durante el encierro la compañía había dado ya preciosas señales de vida con un filme de 20 minutos que mostraba extractos de las cuatro coreografías reunidas en Alles neu: Freedom, 春 – Frühling (Primavera), Respect Bro, y Technische Schwierigkeiten (Dificultades técnicas), de Robert North.
La música no es mi idioma.Es el lenguaje de la gente.Hablar con los árboles, con los animales, es un lenguaje.La música es la danza, y la danza también es un lenguaje.No solo existe el lenguaje hablado.
Es la primera función de danza que se celebra en la región de Renania, tras cinco meses de interrupción por la pandemia del coronavirus.North, Kondo y Borghesani se valieron de un repertorio de preciosa música de cámara y dos proyecciones de vídeo para conformar una tarde por demás entretenida y agradable.
Más de la mitad de la pieza está dominada por la música de Aaron Copland que combina elementos folclóricos y neoclásicos con el jazz y cautiva a la platea.El estilo de vida de Estados Unidos se extingue.
Tuvo que haber sido un gran desafío para Robert North dar vida y ponerle música a obras icónicas del Renacimiento, el romanticismo, la vanguardia rusa, el constructivismo y el suprematismo, así como del expresionismo y clásicas modernas.
Siendo muy joven Robert North vivió en Cuba entre 1953 y 1954, de aquel periodo datan sus evocaciones de la isla caribeña y su entrañable pueblo.En Moscú y en San Petersburgo estuvo por primera vez en la década de 1990;
Para North el Diablo (genialmente encarnado por el bailarín es una figura que está permanentemente al acecho, que lo observa todo, que nunca se cansa, que resiste todas las situaciones y que se entromete en nuestras vidas fingiendo ser nuestro mejor amigo y consejero, nuestra mejor compañía en los momentos de soledad, confusión, dolor y desesperación.
Que la vida puede ser dura, muy dura, sobre todo para los más débiles, desvalidos y enfermos, es algo que sabe, por experiencia, en carne propia, el consagrado coreógrafo estadounidense Robert North.