O legado do guitarrista abrange áudios, vídeos, documentos, fotografias, cadernos de notas, cadernos de desenho, planos de construção, e a enorme partitoteca com todo o tipo de música para guitarra.Um tesouro com música do repertório clássico europeu e também da América Latina publicada nas décadas centrais do século XX.
Claridad y precisión en el ataque, control de la proyección sonora, digitación equilibrada, sonido transparente, y fluidez en el fraseo, algunas de las virtudes más destacadas de Javier Perianes, son precisamente las variables de ejecución que requiere en alto grado el Concierto Egipcio de Saint-Saëns
Estes apontamentos sobre o naviego Amador Campos fornecem também elementos para entender o que aconteceu com o repertório galego para guitarra na primeira metade do século XX.Não vemos no seu programa obras de autores galegos, e sim uma influência grande dos guitarristas doutras partes da península.
While hardly a ‘Spanish Craze’ there was nevertheless a marked increase in performances of music by Spanish composers in England in the wake of Granados’s death, a movement that undoubtedly paved the way for the spectacular success of El sombrero de tres picos in London in 1919.
A lo largo de su vida Granados visitó para ofrecer conciertos, o por otros motivos relacionados con la música, varias provincias españolas y poblaciones de varios países.Estuvo en Francia, en Suiza, en Italia -de paso nada más-, en Alemania, en los Estados Unidos de América y también de paso en el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, aunque en este país sí que realizó gestiones como compositor, lo que convierte su paso en quizás algo premeditado.
Fueron alumnos predilectos del compositor leridano Félix Ràfols i Ràfols, Frederic Longàs i Torres, Francesca “Paquita” Madriguera i Rodón, Pau Martí i Roca, Concepció “Conchita” Badía i Millàs, Frank Marshall i King, Ferran Via i Freixas, Frederic Lliurat i Carreras, Lluís Farrús i Pijoan, Joan Llongueras i Badia y Baltasar Samper i Marquès, entre otros muchos.
El celebrado compositor y director uruguayo José Serebrier cumple 80 años este lunes 3 de diciembre, y quienes lo hayan visto hace dos semanas atrás en la presentación de los Grammy Latinos en Las Vegas podrán corroborar fehacientemente aquello de que la música obra como una fuente de eterna juventud: mantiene física y espiritualmente lozano a quien la ame y la cultive.
Enrique Granados tuvo una gran competencia a la hora de desarrollar su carrera.Había muchos pianistas en Barcelona –y ya no digamos en París- en los años en los que estaba intentando asentarse.Incluso en Madrid, donde la situación era un poco más fácil, tampoco consiguió situarse como él esperaba.
De Granados se han dicho muchas cosas, algunas realmente curiosas y sin base documental, se le ha definido como nacionalista español o como catalanista, como de un exacerbado catolicismo o como un empedernido mujeriego, como un indolente o como un músico infatigable.
París no fue la única ciudad en la que tocó en un Pleyel.Lo había hecho ya en 1892 en el de la casa de su mecenas, el doctor Salvador Andreu, en Puigcerdá.Si bien no se trató de un concierto público, sino de uno en privado para el doctor, su familia y sus amigos, sí que es el primero que tengo documentado en el que tocó en un Pleyel.