La genial coreografía de Antonio es un paradigma de belleza individual y colectiva, de refinamiento en el detalle y de equilibrio a la hora de recrear la simbiosis entre el baile clásico y el flamenco que, además, cuenta con los decorados y figurines originales de Pablo Picasso.
Albert Boadella nos revela que los gustos y los tiempos de hoy no son demasiado propicios para la lírica.Pero él se ocupa de resucitar ese encanto y esa armonía musical.¡Viva la nostalgia!
El espectáculo transpira obsesión, sufrimiento interior del protagonista que llega hasta el desgarramiento y la extenuación, desde los dementes acompañantes del a su vez enloquecido Félix, que abren y cierran la estructura de la propuesta, con ese ambiente oscuro y tenebroso que evoca la risa callada y malévola que podrían emitir los endemoniados personajes de las pinturas negras de Goya, hasta los enérgicos taconeos y poses dancísticas del bailaor, que se manifiestan cual rebelión frente a la autoridad del maestro de baile en los ensayos del ballet español.
El 'Concerto DSCH' es el fin de fiesta de esta magnífica exhibición de la Compañía Nacional de Danza, con el Concierto para piano nº 2 de Dmitri Shostakovich sirviendo de base para la colorida y colorista coreografía del ruso Alexei Ratmansky, que vio la luz en Nueva York en 2008, quizá la más atractiva visualmente de este tríptico.
La belleza plástica de los grandes conjuntos hace acto de presencia en Sonatas, la primera propuesta que abría este homenaje y que no se veía en escena desde su estreno en este coliseo en 1982.La riqueza de la escuela bolera entendida por Ruiz Soler transpira aquí por doquier.
El Ballet Nacional de España ofrecerá cuatro funciones de ‘Centenario Antonio Ruiz Soler’ del 13 al 16 de octubre en el Teatro Real de Madrid.El programa está formado por coreografías de flamenco estilizado, folclore y escuela bolera de Antonio, y obras de Rubén Olmo, Miguel Ángel Corbacho y Carlos Vilán inspiradas en su estilo.
María Rey-Joly vuelve a ser aquí un animal de la escena, una artista que devora el escenario.Su caracterización de Maria Callas es creíble y verosímil hasta extremos sorprendentes.Elegancia, distinción y temperamento definen su recreación, la de una actriz entregada a dar vida a un personaje repleto de fantasmas, una mujer sufridora, amante hasta la extenuación.