La denominación que aparece en el programa de mano de esta agrupación vocal, “Coro de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León”, parece haber sido decidida por un maestro de la ironía, ya que eso es lo que precisamente este coro no es.
Las posibilidades de Jaho no pasan por la inmediatez o potencia en el centro y el grave, que es algo que exige el papel.La soprano, sin embargo, pudo superarlo más o menos gracias a su experiencia y al sacrificio de la ortodoxia en la posición en ciertos momentos, lo cual implicó cierto peligro vocal.
Leo Castaldi logró que la insinuada escenificación fuese muy fiel al libreto y permitiera un claro y teatral desarrollo de la trama.Nicola Luisotti llevó con mucho cuidado los dos preludios, si bien en el primero faltó el aroma inconfundible del melodrama.
El acero es la armadura de Brünnhilde, pero el cortén hace referencia a la dimensión avanzada del personaje, alejada de lo tradicional;de hecho, cuando Wotan toma la decisión de desposeerla de la divinidad, Brünnhilde se pone una chaqueta gris de soldado, con lo que se produce su involución.
Con base en la tonalidad como sustento armónico principal de la ópera, la adecuación de la música de Ortega al texto es total, consiguiendo un sentido narrativo y discursivo que no pierde nunca la continuidad dramática, y es ahí donde se evidencia la profunda deuda con Puccini en la suntuosa orquestación de corte verista, optando por recursos atonales para la ambientación de situaciones concretas de cierta tensión latente, cuyas sonoridades camerísticas evocan irremisiblemente a Schoenberg o Berg.
Teatro Real.Thais, ópera en tres actos de Jules Massenet.Libreto de Louis Gallet basado en la novela homónima de Anatole France.Estreno, Ópera de París, 16.03.1894.Ermonela Jaho (Thais), Plácido Domingo (Athanael), Michele Angelini (Nicias), Jean Teitgen (Palemón), Elena Copons (Crobyle), Lydia Vinyes-Curtis (Myrtale), Marifé Nogales (Albine), Sara Blanch (Encantadora), y Cristian Díaz (Sirviente).
Merece elogio el tesón de Ainhoa Arteta, que con estudio y humildad ha sabido bien reinventarse y comenzar una «segunda carrera» con roles como el de Adriana, nada fáciles, y que hace unos años muy pocos habrían podido imaginar adecuados a sus mimbres.
Lo único que realmente acontece en Los elementos es que surge el Sol, que con su aparición restablece un orden roto en la inquietante y pavorosa oscuridad de la noche
Teatro Real.Madama Butterfly (Puccini), tragedia giapponese en tres actos.Producción del Teatro Real.Dirección escénica: Mario Gas.Escenografía: Ezio Frigerio.Figurines: Franca Squarciapino.Intérpretes: Ermonela Jaho (Cio Cio San), Andrea Caré (Pinkerton), Enkelejda Shkosa (Suzuki), Ángel Ódena (Sharpless), Francisco Vas (Goro), Tomeu Bibiloni (el príncipe Yamadori), Fernando Radó (el tío Bonzo), Marifé Nogales (Kate Pinkerton).