El músico valenciano, clarinete solista de la Orquesta de la Comunidad Valenciana, quiere reivindicar su obra y la relevancia de su trayectoria para que forme parte de las programaciones de teatros y auditorios.
Abbado nunca explicaba lo que quería y no se podía decir que mandaba algo.Sólo algunas pocas palabras o gestos.Con este tipo de actitudes nos insinuaba algo para él fundamental, esto es, que todos debíamos escuchar a toda la orquesta.
Dame Imogen Cooper interpretó el Beethoven más salvaje, más imprevisible que haya escuchado en un concierto;se sintió sobre todo feroz de cerca, a menudo improvisado, al menos en las primeras variaciones y, por supuesto, en las bellezas bachianas del Largo en do menor de la Variación XXXI.
Anne Queffélec, para quien la música dice más sobre la existencia humana que cualquier palabra, tiene una forma de hacer música muy íntima y profunda cerró su recital con el Minueto en sol menor de Händel interpretado de manera tan delicada, tan amorosa y sensual que era ella misma vertiéndose hondamente en su interior de forma meditativa y reflexiva para expresarnos sus sentimientos más allá de lo inefable.
Para conmemorar esta efeméride, estaba previsto celebrar un concierto en la primera semana de marzo pero las actuales circunstancias sanitarias obligaron a aplazarlo para el próximo verano.
La edición es conmemorativa del sesquicentenario del nacimiento de Jean Sibelius y recoge, si no todo su catálogo, mucho de él;también rarezas que era difícil encontrar.Como pasa con todas las selecciones, cada cual tiene “su” selección y siempre hay algo que no está y debiera o algo que está y podría no estar.
Este año se conmemora el 75 aniversario de la fundación de la Orquesta Philharmonia de Londres, y Warner Classics ha desempolvado de los archivos de EMI una serie de grabaciones bien escogidas de la Philharmonia en una caja de 24 discos compactos, bajo el título «Philarmonia Orchestra, Birth of a Legend».
La próxima semana la Orquesta de Cadaqués ofrecerá sus últimos conciertos.La agrupación se tomará un periodo sabático de descanso y reflexión tras sus más de treinta años sobre los escenarios de todo el mundo.
Raymond Leppard incluye en su libro "Authenticity in Music" (1988), un breve manifiesto en el que se despacha a gusto contra los historicistas «bien informados».Según Nicholas Kenyon, «Leppard era de los que creía que necesitamos la recuperación de las cuerdas de época tan poco como necesitamos recuperar la odontología de época.»