Ángeles Blancas “fue” Medea, convenciendo y conquistando a los presentes por su increíble capacidad expresiva y el magnetismo de su soberbia presencia escénica.

Christie al frente de su ejército orquestal y coral de Les Arts Florissants, se vuelve a erigir como una maquinaria perfecta entre el foso y los cantantes, un reloj suizo que hace revivir con precisión de cirujano el drama griego con los ojos de París, por medio de una interpretación musical impecable

La acción de 'Médée' avanza, con un libreto a la vez moderno y refinado, que la dirección de actores de Mc Vicar, la dirección impecable de Christie y la inteligibilidad y talento de los cantantes, logran hacer vivir con toda intensidad

El primer obstáculo con el que tropieza esta producción es el espacio en el que se representa.El Teatro Cuvilliés, un teatro palaciego y cortesano en el que Mozart estrenó 'Idomeneo', es una obra maestra de la arquitectura del siglo XVIII, pero fue construido para alojar una orquesta de la época, no la opulenta masa sinfónica, saturada de percusión y metales, que emplean Respighi y Orff

Michieletto convierte Medea en una historia actual, cargada de realismo y sumamente lógica.Mantiene el mito clásico pero iluminándolo desde otra perspectiva que de repente lo cambia todo.Para Michieletto el centro de la historia, su justificación, son los niños.

Kozená tiene su repertorio de elección en esto y su protagonista fue magnífica en todos los aspectos.Rattle se ratificó en su grandeza de director incluso en un repertorio que en principio podría parecer alejado de sus intereses principales.

While the Frank Gehry's sets were pleasingly textural and undeniably successful as works of abstract sculpture, it was apparent that director Peter Sellars would have been just as happy without them.

Paco Azorín entiende 'Medea' desde la perspectiva de los dos hijos de la hechicera y semidiosa de la Antigüedad griega, y hace fluir toda su oscura visión escénica desde esa óptica infantil

Si las anécdotas y datos resultan curiosos, la música resulta emocionante.Además son fragmentos poco conocidos salvo por los muy aficionados.Los únicos famosos son François Couperin y Jean-Baptiste Lully.